Conocimos de la iniciativa de un grupo de ciudadanos y ciudadanas que impulsaron la idea de reconocer a Juanito Mora Porras como héroe nacional, aprovechando este acto para que el Estado Costarricense se disculpe en el 154 aniversario por el golpe a su gobierno y posterior fusilamiento, idea acogida por los señores diputados excepto uno: Fabio Molina, que recientemente había dejado el cargo de Presidente Ejecutivo del IFAM, con muy poca honra, luego de amenazar y casi despedir a la mitad de los y las funcionarias aduciendo que un fallo judicial a favor de los compañeros y compañeras haría quebrar las finanzas de la institución.
Según el señor Molina -que por algún extraño suceso de la política fue elevado a cargo de diputado-, tener a Juan Santamaría como héroe era suficiente y otro más haría algo así como una competencia entre ambos en un país tan pequeño como Costa Rica; tal razonamiento no queda más que considerarlo simplista y limitado.
Esta idea también fue llevada por ese mismo señor al Concejo Municipal, que aprobó casi con los mismos argumentos la oposición a la iniciativa de reconocer a Juanito Mora como héroe de la patria, por ser el líder centroamericano de la campaña contra las tropas de los filibusteros norteamericanos.
Es cierto que Costa Rica tiene una extensión pequeña, aunque es el país más grande de Centroamérica si se considera el mar que le pertenece; sin embargo, es una patria grande que puede serlo aún más –a pesar de las pequeñas mentalidades-. Además del soldado Juan, existen otros combatientes que han sido nombrados héroes; incluso recuerdo que en Puntarenas está enterrado un héroe más reciente, que salvó vidas -perdiendo la suya- de las víctimas del accidente de la Angostura. Sin embargo, negarle a Juanito Mora, el estratega tal honor es más que mezquino, denotando que es posible que el diputado Molina sea otro de esos ticos promedio, que lo que sabe de la Campaña Nacional es solo lo poquillo que se cuenta en los libros de texto escolares.
La visión de nuestro Presidente Libertador evitó que tuviésemos que vivir la esclavitud de los negros del sur de los Estados Unidos, quienes en la práctica no tuvieron derechos hasta que se emitió la Carta de Derechos Civiles en la década de los 60. ¿Se imaginan cómo nos hubiesen tratado los norteamericanos a los “cholos-frijoleros” de este su patio trasero, si nuestras tropas no hubiesen atacado y derrotado a los extranjeros en territorio nicaragüense?
Ha pasado mucha agua debajo del puente en la historia de nuestro país y nos hemos enfrentado a quienes quieren manchar el recuerdo histórico de Juanito Mora y del General Cañas, resaltando debilidades humanas que todos tenemos e invisibilizando la trascendencia de sus acciones; por eso no era de extrañarse que salieran “Fabios Molinas” con “domingos sietes”, incluso algunos herederos contemporáneos de quienes apoyaron el golpe de Estado. Hoy incluso, tenemos en nuestro territorio tropas del mismo lugar de donde vino el invasor en 1856, con una dudosa justificación para ocupar nuestro territorio nacional y con la complicidad de gran cantidad de políticos y diputados.
Ante tal vergüenza nacional, nosotros no pedimos, ¡exigimos!, que quien fue un héroe sea reconocido como tal, lavando la afrenta que un grupo de malos costarricenses se atrevió a ejecutar. No alberga nuestro pueblo ninguna duda de que nuestro Presidente Libertador tiene la estatura de otros libertadores de América y que su papel consolidó la incipiente república independiente que en 1821 dio un paso hacia la comunidad libre de las naciones. No podemos aceptar mantener a nuestro Juanito Mora en la sombra histórica, donde sus viejos y actuales enemigos lo mantienen; la Patria lo demanda.
