Costa Rica entabló oficialmente relaciones de Estado a Estado con Palestina mediante la firma de un documento suscrito en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, el 5 de febrero del 2008.
Se trataba de un gesto político enmarcado en una decidida política de apertura hacia el mundo árabe emprendida durante la administración del Presidente Oscar Arias Sánchez (2006-2010).
En el comunicado de prensa de la Cancillería que celebraba este acontecimiento, se podía leer que «Costa Rica reconoció al Estado de Palestina el 5 de febrero del 2008, honrando una deuda histórica, especialmente por haber sido uno de los 33 países que votaron a favor de la resolución que aprobó el Plan de Partición.
En este sentido, Costa Rica es del criterio de que la comunidad internacional debe contribuir activamente a la solución del conflicto palestino- israelí, generalizando ese reconocimiento».Una culminación: desde una perspectiva meramente nacional, el reconocimiento de Palestina el 5 de febrero del 2008 concluye una activa política exterior de Costa Rica hacia el mundo árabe concretada con la apertura de relaciones diplomáticas con Egipto (13 septiembre del 2006), Bahrein (22 de septiembre del 2006), Kuwait (22 de septiembre del 2006), Jordania (10 de enero del 2007), Líbano (24 de agosto del 2007), Yemen (4 de septiembre del 2007) y Omán (20 de diciembre del 2007). Esta política, según todo pareciera indicar, ha venido a menos en los últimos años con la actual administración de la Presidenta Laura Chinchilla.
Una cascada de reconocimientos: desde la perspectiva internacional, no obstante, este reconocimiento de Costa Rica del 2008 vino a reactivar en la región latinoamericana y en otras partes del mundo el apoyo a Palestina como Estado. Con posterioridad al reconocimiento de Costa Rica, América Latina responde a este llamado a generalizar el reconocimiento a Palestina hecho por Costa Rica en el 2008 a la comunidad internacional. Para limitarnos al hemisferio americano únicamente (por orden cronológico), se trata de Venezuela (abril del 2009), República Dominicana (julio del 2009), Bolivia, Brasil, Ecuador y Paraguay (diciembre del 2010), Perú y Chile (enero del 2011), Argentina (febrero del 2011), Uruguay (marzo del 2011), El Salvador y Honduras (agosto del 2011). A ello hay que sumar los reconocimientos previos hechos por Cuba (1988) y Nicaragua (1988), así como de México quién alberga una representación de Palestina desde 1975.
Los países de América Latina que se mantienen distantes con Palestina y así lo han adelantado en estos últimos meses son Colombia, Guatemala y Panamá (así como, en el resto del hemisferio Canadá), que coinciden extrañamente con las únicas visitas oficiales recientes de jefes de Estado de la región a Costa Rica. Una carta reciente de senadores norteamericanos solicitando a Gobiernos de la región abstenerse incluye a Costa Rica (con Colombia y Panamá), lo cual plantea algunas interrogantes.
Si bien varias opiniones externadas en diversos medios invitan insistentemente a Costa Rica a votar en la próxima Asamblea General de la ONU en contra o a abstenerse en el voto de una resolución sobre Palestina (cuyo texto nadie aún conoce en cuanto a su contenido exacto), podemos intuir que estas aseveraciones hechas antes de tiempo buscan adelantarse a una decisión-país que debiera ser ampliamente consultada y debatida en el seno de la sociedad costarricense.