Los regímenes autoritarios, a través de la Historia, tienen como sello distintivo, en primer lugar, quebrar la independencia y capacidad de organización y movilización del movimiento obrero y popular, y, al mismo tiempo, desatar las más brutales formas de misoginia, xenofobia y lesbohomofobia.
En la parodia de la “suiza de Centroamérica”, en la que circulan cientos de chistes xenofóbicos y canallas se jactan de pedir que los rotweillers, que devoraron al nica Canda Mairena, sean declarados “héroes nacionales”, aquí donde habitan cientos de miles de inmigrantes empobrecidos, mano de obra barata, crece la espuma venenosa del odio contra las y los nicaragüenses, al calor de la rebatiña por el usufructo del río San Juan, en virtud de grandes intereses comerciales a un lado y otro de nuestra frontera norte.
En esta “democracia, el premio Nobel del La Paz, su familia y su corte, se ufanan de ser los dueños del país y el canciller René Castro, habla sin empacho de hacer un ejército (al que no le pondrán rótulo de ejército), con un presupuesto equivalente al dinero que se invierte en la educación superior pública, por cierto, diezmada por la pésima negociación que hizo CONARE del V Convenio FEES.
En este, nuestro terruño, se trata a toda costa, una y otra vez, de descabezar a la dirigencia independiente y combativa de SINTRAJAP, para subastar los puertos del Caribe a las transnacionales, así como lo están haciendo con las telecomunicaciones y los seguros, usando el chantaje, la represión y la infiltración, con el Gobierno y la presidencia Ejecutiva de JAPDEVA promoviendo descaradamente a sus testaferros en la dirección del sindicato.
En esta Costa Rica, el 10 de enero del año en curso, se destapan serias denuncias por parte de quien funge hasta ese momento como viceministra de Seguridad, debido al sistemático acoso sexual que sufren las mujeres policías, auspiciado o tolerado por los altos mandos del Ministerio, y más grave aún, se devela que el Ministro de Seguridad José María Tijerino trató de disuadir a la exviceministra para que no realizara un evento para tratar el tema del acoso sexual con mujeres policías y luego la abordó para evitar que presentara la denuncia por ser ella misma objeto de acoso sexual; estos hechos son invisibilizados y se impone la total impunidad.
Día a día se evidencia el creciente carácter represivo de la Fuerza Pública, y sus grupos especializados como la GAO, potenciado con las políticas de “mano dura” en seguridad, expresada en los operativos de desalojo en humildes tugurios, la invasión del OIJ y la policía el 12 de abril del 2010 al campus de la UCR, la represión a las y los manifestantes el propio 8 de mayo del 2010 en la Sabana, y recientemente la agresión brutal a periodistas.
Para colmo de males, en este contexto, en la Universidad de Costa Rica, que se precia de ser “lucem aspicio”, se anuncia que la rectora y algunos miembros del Consejo Universitario preparan demandas penales contra dirigentes estudiantiles y sindicales, a raíz de las protestas suscitadas por la firma inconsulta y nefasta del V Convenio FEES, a fines de agosto pasado, haciendo uso de acusaciones absolutamente infundadas, como podremos demostrarlo.
Se acusa a dirigentes honorables del SINDEU como la secretaria general, el secretario de conflictos, un trabajador insigne de Seguridad de la UCR y el suscrito, que estuvimos en primera fila y fuimos agredidos por los agentes del OIJ el 12 de abril, al tiempo que se llenan la boca las autoridades hablando de autonomía. ¿En qué país estamos y cuál es el país que queremos y por el que luchamos? Es hora de decir basta y actuar.