La creación de Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica, en 1968 (llamada en sus inicios Centro Regional Universitario de Occidente) ha sido uno de los hechos más relevantes para el desarrollo educativo del país y muy especialmente para la región occidental de este, la cual se ha visto positivamente influenciada por una acción universitaria comprometida con las diferentes comunidades y cantones de su área de influencia.
Aunque desde sus inicios la Sede de Occidente ha mantenido una apertura hacia diversas áreas del conocimiento, como corresponde a una universidad humanista, ha retomado una importante tradición educativa presente en el cantón de San Ramón y ha tenido muy claro que desde la Educación es posible cambiar el entorno y aspirar a mejores condiciones de vida. Por ello, quienes propusieron la creación del Departamento de Educación, en 1975, asumieron una actitud visionaria que ha redundado en la formación y graduación de docentes en áreas como Educación Preescolar, Educación Primaria, Enseñanza Secundaria en Estudios Sociales, Inglés, Ciencias, Castellano y Literatura, Matemáticas, Administración Educativa y Psicología de la Educación, entre otras. La mayoría de ellas en grado y un número significativo a nivel de posgrado.
Estos profesionales, con toda certeza, han sabido responder con pertinencia a múltiples necesidades de educación y han contribuido a construir una sociedad más inclusiva y con un mayor acceso cultural. Han ayudado, de igual modo, a elevar el nivel educativo de los habitantes y con ello a disminuir los niveles de pobreza.
Por todo lo anterior, este Cuadragésimo Aniversario del Departamento de Educación se constituye en el momento propicio para reconocer el especial mérito del cuerpo de docentes que lo ha dirigido y forjado, así como el aporte que los profesionales graduados dan cada día en las aulas e instituciones de trabajo. También esta celebración permite pensar en dos retos centrales que se imponen. El primero de ellos consiste en afianzar la formación crítica del docente, garantizando que este tenga plena conciencia de su responsabilidad de contribuir a la transformación social y al desarrollo de las comunidades. El segundo se orienta hacia una formación integral, no homogeneizadora ni masiva, sustentada en sólidas políticas para formar personas, capaces de desempeñarse en diversos entornos y respetuosos de la diversidad. Por el camino recorrido, por los logros alcanzados y por la evaluación permanente de su quehacer, no cabe duda de que este Departamento los enfrentará con éxito y podrá responder a los nuevos desafíos sociales.
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