Históricamente, la Universidad de Costa Rica se ha caracterizado por propiciar espacios de discusión crítica en temas de interés nacional. Asimismo, ha sido norma de política universitaria, la preocupación por un desarrollo social inclusivo, garante de derechos y respetuoso de la Naturaleza.
Por eso, en relación con los planes de expansión en las fincas 3 y 4 (Instalaciones deportivas de Sabanilla), me da pena que las autoridades de la UCR no hayan impulsado, debidamente y a tiempo, canales adecuados de comunicación con la comunidad.En este tema tan importante, ha prevalecido, por parte de las autoridades universitarias, una molesta mezcla de secretismo, desinformación y contradicciones, desconociendo que este asunto amerita un diálogo amplio con la comunidad universitaria y con los(as) vecinos(as).
Soy una ciudadana absolutamente agradecida con esta casa de estudios. Esa es una de las razones por las cuales formo parte del grupo Movimiento conservación ambiental fincas 3 y 4 UCR, el cual no está constituido solo por vecinos(as), sino también por estudiantes, profesores(as), funcionarios(as), egresados(as), jubilados(as) de la UCR y ciudadanía en general.
En torno a esas áreas naturales se ha ido formando, con el paso de los años, un fuerte sentimiento de identidad y de arraigo porque es un “oasis de paz” y es uno de los poquísimos «pulmones verdes» de este contaminado cantón de Montes de Oca. Hasta hoy, hay más de 1600 firmas de personas que clamamos por su defensa, y el apoyo sigue creciendo.
El bosque y las áreas verdes de las fincas 3 y 4 requieren que la Universidad propicie −con el apoyo de la comunidad− su regeneración y fortalecimiento; que el bosque, que por efectos de la intervención humana dejó de ser bosque, recupere su naturaleza. Ese fue uno de los clamores expresados en la primera Asamblea Territorial Cantonal realizada el 17 de enero, en el Paraninfo de la UNED y a la cual asistimos 178 personas.
La asamblea fue un memorable ejercicio de construcción de ciudadanía, donde nuestras voces se manifestaron y pudimos reconocernos, unirnos y ponernos al servicio de una causa que es “nuestra”, porque así lo exigen los tiempos que nos han tocado vivir. La asamblea fue producto de la iniciativa ciudadana planteada ante la Municipalidad de Montes de Oca por varias personas, en especial mujeres, que comparten la certeza de que las nuevas generaciones tienen el derecho de seguir disfrutando de este maravilloso lugar.
La comunidad siempre ha estado deseosa de informarse y de participar, y ha sido la que ha tomado la iniciativa para propiciar el diálogo. Uno de los argumentos que guía esta lucha es que las edificaciones previstas para estas fincas pueden ser construidas en otros lugares, mientras que el bosque y demás áreas verdes no pueden ser trasladados a ningún otro sitio.
Espero que las autoridades universitarias desistan de llevar a cabo este proyecto y que escuchen el clamor de quienes consideramos que la Madre Naturaleza no puede seguir siendo postergada. Muchos proyectos realizados por la UCR en diferentes regiones del país, como la Reserva Alberto Manuel Brenes y el Bosque Demostrativo, ambos a cargo de la Sede de Occidente, dan cuenta de que su discurso, en este sentido, puede ser congruente.
El clamor ciudadano es claro y justo: las fincas 3 y 4 merecen seguir siendo el “oasis de paz” y el “pulmón verde” y la “Sabana del este” que por décadas han sido, y que merecen seguirlo siendo para las generaciones presentes y futuras.