Recuerdo muy bien el día en que el equipo de Liberia Mía, quedó campeón del torneo nacional de fútbol, vivía en San Rafael de Heredia, Luis Fernando, se encontraba muy feliz, no era para menos, él es liberiano.
Los medios de comunicación hablaban de la posibilidad de que el señor Mario Sotela, trasladara en su avión privado a los futbolistas, para celebrar lo antes posible con el pueblo liberiano, la alegría se desbordaba por todos lados, habían cumplido con el sueño anhelado de todo jugador y seguidor de fútbol, ver a su equipo campeón.
Ese campeonato significó la culminación de la esperanza que fue sembrada en toda una provincia por el señor Sotela, con bombos y platillos había anunciado la adquisición de este equipo, junto con ello, la contratación de jugadores sobresalientes que hacían prever un gran futuro para una provincia que hasta ese momento nunca había alcanzado un logro futbolístico tan importante.
Más allá de lo futbolístico, un equipo de fútbol representa un sentimiento de pertenencia, en el cual se circunscriben una serie de valores que forman una identidad con el paso del tiempo, como muy bien lo señala el expresidente de Costa Rica, don Abelardo Bonilla, en su ensayo “Caín y Abel”, El ser histórico de la nación costarricense.
Todo principio tiene un final, recientemente Mario Sotela, decidió cederle el derecho de su equipo a Minor Vargas, dueño de diversos clubes del fútbol nacional, aduciendo problemas económicos.
Cuando don Mario Sotela, estampó su firma y se deshizo de Liberia Mía, junto con ello entregó las alegrías, tristezas, esperanzas, de todo un pueblo, así como las oportunidades que las personas jóvenes de la zona pudiesen tener para cumplir el sueño de convertirse en futbolistas profesionales. Además de los valores que se habían formado en toda una comunidad; parte de la idiosincrasia del pueblo liberiano y de la provincia guanacasteca fueron arrancados en un abrir y cerrar de ojos.
Sobre mi cabeza revolotea la pregunta ¿Del sentimiento que tal decisión causo en el cuerpo técnico y en los jugadores liberianos?, muchos de los cuales quedaron desempleados, ellos se preparaban para un nuevo campeonato, un campeonato en el cual sin temor a equivocarme, la meta era salir campeones, aún más cuando en la memoria colectiva está fresco el logro de su primer campeonato en mayo de 2009. En menos de 15 días, la ilusión les fue arrancada y se dejaba morir…
Hoy Liberia Mía ha dejado de existir, nada más queda el imaginario de lo que una vez fue, ni siquiera la molestia de todo un pueblo puedo echar atrás la decisión de su propietario, un propietario que ha manifestado que se trasladará a Europa a cumplir con otros proyectos y no volverá a Liberia, hasta que se calmen las aguas, si esto no sucede se llevará su zoológico africano a otra parte.
Justamente el reflejo de lo acordado por estos dos señores, es el resultado de concesionar o privatizar un bien que le pertenece y beneficia a toda la sociedad, al inicio de todo proyecto se desata un gran entusiasmo entre la población con la idea del desarrollo, el progreso, de más y mejores trabajos.
Por cierto tiempo y en el mejor de los casos, pueda ser que de alguna u otra manera contribuyan al mejoramiento en las condiciones de la sociedad, pero cuando estos bienes ya no son rentables económicamente, se deshacen de ellos, abandonándolos a su suerte o dejándolos en manos del mejor postor, el cual se presenta con una idea totalmente diferente, sin considerar la necesidad, la idiosincrasia, y la identidad de toda una comunidad; lamentablemente para el pueblo liberiano, estos aspectos prevalecieron en los pensamientos, de los señores Sotela, y Vargas.
Algo similar sucede en la Asamblea Legislativa, con la discusión de colocar al agua como un bien protegido por la constitución política, lo que permitiría salvaguardar el agua para las presentes y futuras generaciones de todas esas empresas privadas que lo que desean únicamente es hacerse aún más ricas a costa del pueblo, ¡Sin importarles nuestras costumbres y necesidades! ¡Sin importarles nuestras vidas! ¡Sin importarles que el agua sea fuente de vida, para todo lo que respira!
Más que el chorro que sale por la tubería, o la formula química H2O, el agua significa trabajo, alegría, limpieza, sanidad, alimento, tristeza, ella nutre y sacia la sed para la subsistencia de todo ser vivo, encierra toda una cultura de organización social, muchas ciudades se han construido a sus alrededores, y con ello forjado las costumbres, la identidad, la idiosincrasia de toda una nación.
Nosotros somos una gota de agua, nuestro organismo está compuesto en un 75%, de ese tan preciado líquido, el agua es una necesidad inalienable de todo ser vivo, podemos vivir varias semanas sin ingerir alimentos, pero sin agua muy pocos días, por eso es muy importante que los actuales diputados le den rango constitucional al agua y la protejan de todas aquellas empresas privadas que quieren hacerse aún más ricas con ella, dejarnos sedientos, y con problemáticas socio-ambientales que aumentan cada vez más la desigualdad, a todos nos corresponde luchar por este derecho, luchar por nuestro oxígeno.
Señores Diputados de Liberación Nacional, señores Diputados del Movimiento Libertario, si ustedes siguen con la negativa de no querer apoyar la reforma al artículo 121, de la Constitución Política, en favor de garantizar el agua para todos los seres vivos, de seguro nos condenarán a correr la misma suerte del pueblo liberiano y su equipo de fútbol.
Por el bien del pueblo costarricense y demás seres vivos que habitan este país, espero que entiendan esto. ¡El agua es vida!