Universidad viene del latín universitas. La Universidad es el centro educativo para la educación superior o para los estudios superiores.
Para algunos decir superior suena a ofensa. Pero superior quiere decir aquí exigencia de altos niveles, incluyendo sentidos complejos de los conocimientos, porque los conocimientos ya a este nivel no son elementales, sino pluricomprensivos, multifactoriales, multifásicos, coimplícitos y nacen más de la investigación que de la reiteración o repetición de lo que ya se sabe. Por eso, decir superior también implica la capacidad de cuestionar lo ya conocido, el espíritu de indagación para cuestionar lo válido hasta hoy, admitiendo la superación del ayer, aspirando a pensar y vivir a la altura de los tiempos e incluso superando el tiempo. Esta es la visión de la universitas desde épocas medievales en que la Universidad apareció.
Sin embargo, tentación es de la Universidad contemporánea degenerar en un supermercado de títulos o en un centro repleto de pedagogismo. El pedagogismo es una degeneración a su vez de una pedagogía mal concebida. En la pedagogía se recurre a la simplificación de las dificultades temáticas o metodológicas a fin de estudiar los problemas que se ofrecen a la razón y a la experiencia. En el pedagogismo la pedagogía se distorsiona intentado reglamentar a partir de fórmulas TODA la vida universitaria, incluidos el volumen de los textos de estudio, la cantidad de contenidos de estudio, la elaboración de programas, el tipo de pruebas de evaluación, la cantidad de preguntas de un tema u otro, la pertinencia imperiosa de usar retroproyectores porque si no la lección no es de altura, etcétera, etcétera. Se dice que últimamente están hasta regulando contenidos de programas día por día y que, muy preocupado el pedagogismo por la salud docente, hace las veces de nutricionistas al estilo Buen día o Tele Club (que por cierto no son pedagogistas, sino amigos de todos los televidentes y alegran a muchas personas con sólo verlos). A estos últimos ¡muchas gracias!, del pedagogismo lamentablemente no se puede decir lo mismo.
La Academia se hace con investigación, con respeto y con motivación personal. La educación se hace con entusiasmo. Todo pedagogismo es enemigo de cualquier tipo de educación, incluidas las más elementales y por supuesto la educación superior. Y es enemigo de cualquier tipo de educación porque por sí mismo el pedagogismo mata el entusiasmo y mata el entusiasmo porque todo cuanto propone el pedagogismo carcome la alegría de enseñar y de aprender, de conocer. El pedagogismo nació acartonado y fue concebido como un poder controlador con ejercicios de pruebas, recompensas, castigos y modificaciones de conducta. Nació de un pésimo orgasmo entre la desconfianza paranoide y el poder político del controlador.
Si alguien ama a la Universidad combata el pedagogismo.
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