Parte II
El Pensamiento Complejo aborda el conocimiento como un proceso que es a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico. La Ecoformación significa tomar conciencia de que existe una interdependencia ecosistémica entre los seres humanos, el medio ambiente y el pensamiento. La Biopedagogía plantea la pedagogía en un ambiente transdisciplinario con el pensamiento complejo como método y que integra la dimensión biológica del ser humano.
La educación técnica en la UTN parte de la necesidad de considerarle permanente y pertinente y dicha formación está orientada a la adquisición y desarrollo de competencias transdisciplinares, laborales y profesionales para la participación social, siempre en una perspectiva de desarrollo integral, humano y profesional.
Incluye la promoción de la cultura innovadora que responda a la demanda del sector productivo y a los avances de la tecnología de desarrollo nacional y global, así como las necesidades educativas de los aprendientes en sus respectivos entornos.
En ese sentido, se promueve el desarrollo de habilidades y conocimientos, un andamiaje entre educación, trabajo, el emprendedurismo, la inserción laboral de los graduados de pregrado, grado y posgrado, así como, la vinculación entre universidad, empresa y gobierno. La educación, se plantea para responder y proponer el desarrollo social, cultural, económico y biológico del entorno.
Para ello, es preciso concebir a todas las personas como aprendientes permanentes, en constante construcción de aprendizajes.
La educación técnica promueve el desarrollo de competencias tales como creatividad, trabajo autónomo y colaborativo, emprendedurismo, análisis crítico y solución de conflictos, investigación e innovación, habilidades sociales y aprendizaje, fluidez en el idioma materno como en otros idiomas y el uso de la tecnología.
Igualmente se impulsa la formación de profesionales comprometidos con su realidad mediante la vinculación de la docencia, la extensión, la investigación, la acción social y la producción, a través del desarrollo de la ética y de la Responsabilidad Social Universitaria, la proyección del quehacer académico, la gestión de la innovación, la alfabetización digital, el apoyo a las mipymes y el desarrollo del observatorio local; se promueve la relación universidad, entorno social y productivo, se garantiza el acceso continuo de la población trabajadora y el diseño según las necesidades de los grupos sociales y profesionales.
En la UTN, el ser humano es, por tanto, comprendido como individuo integral, conformado por elementos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales que interconcatenados remiten a una concepción sistémica de una estructura intrínseca para ser educado, para autoeducarse y para educar a los demás.
El modelo curricular se plantea de forma que el estudiantado obtenga competencias transdisciplinares como: aprender a aprender, capacidad creativa, comunicación multidireccional y multimedial, racionalidad, resolución de problemas y fluidez tecnológica.
Consecuentemente, el diseño curricular en la UTN es flexible, de manera que pueda adaptarse y adecuarse a las características de los sujetos y del contexto, e implica una visión que asegura que en todas las unidades de aprendizaje se integra, desde el diseño, el todo académico: investigación, docencia, producción y acción social.
Su construcción –nuevo paradigma− es participativa, activa, responsable y democrática desde los objetos y sujetos en él involucrados y responde a los cambios del tiempo y a las demandas del contexto sociocultural, para lo que se construye, erige y desarrolla desde la flexibilidad, en ambientes pluri, multi e interculturales.
Conversaremos sobre ello en la Parte III.