Del grafiti moderno a la toma del Estadio Nacional

El TAG es la forma primera del grafiti moderno y aún persiste como forma dominante. Consiste en la escritura estilizada del seudónimo del grafitero

Comúnmente se afirma que al final de la década de los 60, en Philadelphia, Brooklyn y otros lugares marginales de Estados Unidos, nació el “grafiti moderno”. Algunos insisten en darle importancia a Cornbread, personaje que se hizo notorio al escribir su nombre en varios lugares asombrosos, como el avión privado de los Jackson 5 o en un elefante del Zoológico de Philadelphia. Sin embargo, a la historia oficial, más partidaria de los héroes que de las construcciones discursivas, se le olvida mencionar el estado de miseria y discriminación en que vivía la población afrodescendiente y latina, olvidadas y marginadas en sus barriadas. Allí, y no como un suceso individual, nació esta expresión.

El TAG es la forma primera del grafiti moderno y aún persiste como forma dominante. Consiste en la escritura estilizada del seudónimo del grafitero en espacios públicos, mayormente ajenos a su territorio. En la década de los 60, en Philadelphia y Nueva York, los TAG incluían, además del seudónimo, el número de domicilio donde vivía el grafitero, que evidenciaba la pertenencia a una calle, a un barrio o a una pandilla. La intencionalidad de esto es clara: manifiesta, en un terreno extraño, la apropiación de éste por medio de una afirmación de existencia y pertenencia. El TAG, es su bagaje histórico, no es más que una expresión contundente de poder por parte de aquellos individuos marginados: ¡no somos un número, somos personas, existimos y aquí estamos!

Por tanto, fue curioso observar por televisión en la toma del Estadio Nacional realizada por La Doce, a uno de sus miembros −mientras otros aterrorizaban, golpeaban y asaltaban− subirse a las butacas y gritar: ¡aquí estamos!

Un día después, todos se rasgan las vestiduras por tal manifestación de presencia; sus espacios seguros e icónicos fueron invadidos por aquellos que pertenecen a esas barriadas marginadas que vemos de lejos. Nuestro Estadio Nacional, copia genérica y símbolo de las relaciones “amistosas” con el capitalismo, manifestó con claridad aquello que pretende esconder.

Ahora todos tratan de identificar a los invasores por Facebook, piden excluirlos de los estadios, eliminar sus organizaciones, condenarlos penalmente con todo el rigor de la ley y más allá de ella, encerrarlos donde no se dejen ver. Los llaman maleantes, malvivientes, pandilleros, lacras, ratas y raticas. Lo que pesa, y que no se quiere pensar, porque implicaría repensar el modelo de desarrollo y la vida que nos promete y que no cumple a todos por igual, es que además de todo eso, son personas.

[delipress_optin id="134623"]

Otros Artículos

Como su nombre lo indica, Dulcitico no solo es más dulce, sino tico, el primer híbrido nacional de chile dulce (foto Jonathan Castro-IICA).Para los

Quien ignora el ambiente socioeconómico global no ve más allá, y con el máximo esfuerzo,  de su propia nariz. Quizá nada pasa en los

Leticia Zúñiga tiene una artrosis grave de grado cuatro en sus dos rodillas. El desgaste del cartílago en la zona le produce un fuerte

La Asamblea Legislativa debía nombrar desde diciembre pasado a la persona que se hará  cargo de la Defensoría de los Habitantes. (Foto: Katya Alvarado)La

Gran cantidad de empleados pùblicos de diversas instituciones y sectores, atravesaron hoy San José para llegar hasta Casa Presidencial y exigir al gobierno respuestas

El presidente del Partido Liberación Nacional (PLN) niega que haya desconcierto y falta de autoridad en la agrupación oficialista, tras el retiro de Johnny

Corría el siglo I, cuando Marco Valerio Marcial (40-104) denunciaba que los poemas que él componía,  Fidentinus los recitaba bastante mal. En otros términos,

La coordinadora del Archivo Musical de la Escuela de Artes Musicales de la UCR, Zamira Barquero, muestra algunas de las obras que conserva esa
Semanario Universidad