Por “diálogo político” entendemos al debate producido entre distintos grupos políticos respecto a una problemática determinada, a través del cual puedan concurrir concomitantemente a un acuerdo destinado a disminuir las problemáticas existentes o solucionarla en su totalidad, mediante la ejecución de diversas líneas de acción.
En un régimen presidencialista como el nuestro, es el Poder Ejecutivo el llamado a crear los canales y puentes necesarios para que este tipo de diálogo se lleve a cabo. Parece que por fin se entera de ello el Gobierno, al pedir una encerrona para el 19 de setiembre con los líderes de oposición. Pero, ¿da señales el Gobierno de querer un verdadero diálogo político y social?
En lo político, no ha existido un acercamiento fluido entre el Gobierno y los diputados, con miras a concretar acuerdos y consensos que faciliten encontrar soluciones a problemas que requieren acciones inmediatas. Por ejemplo, los que recién nos señaló el Foro Económico Mundial en el último índice de competitividad global.No hay señales de diálogo cuando no se crea confianza y respeto con la fracción mayoritaria en la Asamblea Legislativa, sino al contrario, termina una diputada oficialista, con más hígado que razón, llenándose la boca de “hachazos” en contra de sus colegas.
El Gobierno se ha dedicado más a la descalificación temeraria con sabor a revanchismo político, que a la búsqueda de unir los distintos actores políticos, y amén de ello son las hasta hoy infructuosas sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa.
En lo social, no hay señales de diálogo cuando se crea un plan de empleo nacional sin consultar a la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), quienes generan el 85% de empleos en Costa Rica.
No hay señales de diálogo cuando se tiene como primera opción el acudir a entes internacionales para estudiar la deuda pública, dejando de lado a nuestro sector que vive inmerso en la tarea de generar riqueza: empresarios, trabajadores, profesionales y técnicos, siendo estos los que podrían ayudar a zafar el nudo gordiano que mantenga una sostenibilidad económica. No hay señales de diálogo cuando la Cámara Nacional de Turismo debe llegar a la vía legal para tratar un tema con el Gobierno, como lo fue el Criterio Institucional DGT.CL-06-14.
Constantemente escuchamos diputados oficialistas y al Poder Ejecutivo su deseo de diálogo con los distintos actores de este país, pero ¿tomar medidas unilaterales en aspectos tan importantes como empleo responde consecuentemente a su discurso de “diálogo”? o ¿Se puede deslegitimar injuriosamente hoy a distintos actores políticos para pedirles acuerdos y ayuda mañana?
Lo han hecho una y otra vez, lanzan diatribas incendiarias para terminar usando la palabra “diálogo”, con afán de “hacer la masa aguada” después de haber dicho de todo. ¿Piensa el PAC que esa es la estrategia que nos llevará al diálogo político que necesita el país? De ser así, una brújula política le vendría bien al Gobierno, en lo que respecta a un auténtico diálogo, aunado a una honesta búsqueda de consensos, y ojalá, una Ruta País.
No niegues con tus actos lo que pregonas con tus palabras, es una máxima que todos debemos cumplir, si queremos ser consecuentes en nuestro diario vivir, pero eso es precisamente lo que más le ha faltado a Luis Guillermo Solís, a su equipo, su partido y a su fracción legislativa, ser consecuentes con el discurso moralista y populista que usaron en 12 años de oposición, consecuentes con su −hoy demostrado− falso e irresponsable discurso de campaña y consecuentes con el ahora discurso demagógico del “diálogo”.
Por ahora, el PAC se ve lejos de concertar una mesa de diálogo político; su revanchismo, su cacería de brujas, su irresponsabilidad al entrarle a temas de peso, su campaña de promesas amplificadas, sus rencillas internas, no se lo permiten. El informe de los 100 días dejó la sensación de que teníamos un Gobierno sin rumbo, y ante su impericia sobre la cosa pública deseaba incentivar la mala imagen de “otros”; no obstante, el 2 de setiembre en su cuenta oficial de Twitter, Luis Guillermo Solís afirmó que su rumbo apuntaba a “volver hacia el Estado Social de Derecho”; sin embargo, carece del “Know how” y las consecuencias de dicha carencia para el país, aunque la alerta hecha en estos días por las firmas Fitch Ratings y Moody’s podrían darnos una idea. Las ocurrencias y actitudes del PAC son noticia de todos los días, lamentable para ellos, pero aún peor, lamentable para Costa Rica.