“El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Abraham Lincoln
La democracia hace mucho tiempo se ha manipulado, violado repetidamente y degradado bajo el régimen capitalista; en la actualidad, el capital transnacional, en alianza con las oligarquías, la tienen asfixiada, pero, por la perversión de la prestidigitación y el prestilenguaje, pretenden hacerle creer al pueblo que ella no es posible sin su régimen, el cual se asienta sobre la expropiación del producto del trabajo del resto de la humanidad, que alcanza del 85 al 90% de la población del mundo, así como se apropian de las riquezas naturales; esto permite que un pequeño grupo acumule increíbles riquezas, dándole gran ancho a la desigualdad y la marginación económica, política y social; permitiéndole expandirla y mantenerla, gracias a su inmenso poder económico y dictadura mediática, que trata de imponer el pensamiento único y el más grande de los totalitarismos vistos, jamás, en la historia.El primer paso para derrotar su falaz democracia requiere que la inmensa mayoría de la humanidad entienda que este sistema se basa en la codicia y la ganancia privada, con desprecio por los derechos y necesidades de las mayorías, que son, precisamente, las creadoras de la riqueza.
En segundo lugar, se necesita que el pueblo se organice y trabaje en el control y la exigencia de la rendición de cuentas a los poderes del Estado y sus instituciones, así como su minuciosa revisión y valoración.
En tercer lugar, luchar contra la expropiación económica, política y social que sufre el pueblo bajo el capitalismo; abrir los caminos para la participación del pueblo en la elaboración de políticas que permitan resolver sus problemas.
En cuarto lugar, refundar el Estado y el sistema económico, político y social, para lograr la democracia directa.
Algunos por inocencia, reservas, prejuicios, falta de información, o tal vez por inconfesables intenciones, no ven ahora que la crisis del sistema capitalista es tan profunda y, no deja dudas, de que este es incompatible con la democracia auténtica, además que, económica, política y socialmente, margina, ilegaliza, estrecha, descalabra, lleva a la miseria, al hambre y la muerte, a millones de seres humanos en el mundo; sólo en nuestro país hay más de un millón de compatriotas atrapados en la pobreza.
Decía que algunos, alegremente, no se molestan en analizar las causas y las consecuencias de la crisis del capitalismo, simplemente nos aconsejan bajar la cabeza y conformarnos con el subdesarrollo, cuando precisamente, este es hijo del capitalismo marginal, mediante el cual los pueblos sufren doble expropiación, tanto por el capital transnacional, como por la oligarquía; esta doble expoliación deja a los pueblos sin casa, sin tierra, sin educación, sin salud, sin pan, sin servicios adecuados, arrinconados y despojados de los derechos humanos.
El propósito firme debe ser alcanzar la meta señalada por Abraham Lincoln: “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.