Después de una maratón televisiva y seducciones mediáticas, Desanti por aquí y Desanti por allá, después de mirar sus dibujitos cursies y coquetísimos encontré ciertas similitudes (gráficas) con los dibujos que comenta David Harvey en La crisis del capitalismo (se puede encontrar en You Tube).
En un primer plano Harvey analiza, problematiza y critica al capitalismo y neoliberalismo actual, y en segundo plano Desanti nos habla de sus espectaculares ideas asistencialistas y clientelistas. Desanti sabe o al menos aparenta saber sobre salud física, como hacer dinero y como ser un buen profesional.
¿Será que Desanti algún día vio a Harvey y esos dibujos? Eso lo dudo, pero esa pregunta la quiero dejar en el olvido y por el contrario me pregunto: ¿Por qué Desanti sonríe en cada anuncio? ¿Le caemos bien? ¿También quiere un tamal? ¿Después de pasar por la FEUCR, el MAG y andar trotando por otros organismos y ministerios, estará cansado de posar su cara frente a la cámara? NO creo.¿Después de un accidente en bicicleta, estará cansado de pedalear por Costa Rica? ¡Desanti el súper héroe! ¡Invencible! ¡Súper Desanti! ¿Acaso Desanti será el Mr. Monopoly que comenta Harvey?
Para no cansar con tanta pregunta y para no seguir hiriendo corazoncitos Desantinos y pseudoliberacionistas mejor pasemos al debate de los tamales, ¡que rico un tamalito con Figueres –decía mucha gente-¡ Pero ahora es mejor decir: ¡Qué rico andar en cleta con Desanti, comer tamal con Figueres y luego caminar con Rodri y mirarlo a los ojos y decirle: “Ya viste, Desanti quiere tamal, Figueres figurar (sonó bonito) y vos que vas a pedir, ¿olla de carne? ”!
Sinceramente creo que pocas personas han llegado a leer hasta estas líneas, tal vez esté equivocado, y es aquí donde se pone interesante; lo anterior no es más que un montón de palabras que resuenan y algunas rimaban entre sí, pero el mágico problema de fondo es precisamente ese, la lírica vacía. El show de Figueres, la pose de Rodri y los consejitos de Desanti, son comparables con mis líneas de arriba bellas y maquilladas para desvirtuar un poco la lectura o discurso de lo social.
Las sílabas de esos tres personajes, nos han inducido tanto en una amnesia social como en un devenir de lo falso, nos han robado nuestras propias palabras a tal punto que solo podemos decir: “Oh Figuerillos, de qué juega, ese debería de estar en la cárcel” Y yo divago en lo siguiente: ¿Y qué? ¿No existe algo más que eso? ¿La parálisis inducida ha llegado a tal punto que ahora asociamos tamal con Figueres? ¿Acaso la memoria colectiva solo dura 5 días?
Mientras sigamos debatiendo sobre los posibles rectores ( en la UCR), la crisis del medio ambiente (Al Gore), Nery Brenes y su no-premio (en Canal 7), la resurrección de Saprissa (en la Liga), el gane de la Sele (Pinto), y que la empresa Gotten Books of NWT quebró en EEUU (mis vecinos)… es allí donde no nos damos cuenta que Figueres no quiere un tamal, quiere un país hundido en tamales podridos, Desanti no nos desea buena salud nos desea el inacceso a la salud pública y Rodri no nos desea mirar a los ojos, nos desea sacar los ojos.
Y tal vez se odie la sátira y lo grotesco al escribir, pero como dijo una filósofa de la cotidianidad (Sofía Barquero): «El tiempo que dure, que valga la pena».