Detengamos el acoso callejero

El acoso callejero es violencia perpetrada principalmente en contra de las mujeres y las niñas. Desde temprana edad ellas comienzan a ser víctimas

Monserrat Solano El acoso callejero es violencia perpetrada principalmente en contra de las mujeres y las niñas. Desde temprana edad ellas comienzan a ser víctimas de una agresión que les provoca efectos emocionales e inseguridad, que se genera por una sociedad patriarcal en la que se considera culturalmente aceptable un ejercicio de poder masculino en espacios como la calle, los autobuses y otros, y que recuerda a las mujeres que, al usar el espacio público, su cuerpo también es público, por lo que puede ser comentado, tocado y/o violentado.

Esta violencia, se manifiesta en silbidos, piropos, miradas lascivas, gestos obscenos, comentarios sexuales, fotografías, captación de imágenes, arrinconamiento y exhibicionismo, entre otras agresiones ejercidas en espacios públicos.

Costa Rica, al ratificar diversos instrumentos internacionales sobre los derechos humanos de las mujeres, se comprometió a modificar los patrones culturales para eliminar los prejuicios, estereotipos y las prácticas consuetudinarias basadas en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos. El país tiene la obligación de asegurar el derecho de toda mujer a vivir libre de toda forma de violencia. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Belén Do Para” define la violencia como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

El acoso callejero ha sido analizado y estudiado en países latinoamericanos como Chile, Argentina y Perú, entre otros, por medio de campañas, noticias sobre el tema, demanda de leyes y políticas públicas que pretenden erradicar esta forma de violencia. A principios del presente año, el Observatorio contra el Acoso Callejero de Chile realizó la primera encuesta nacional sobre este tema, determinando que “el promedio de edad en que las encuestadas comenzaron a sufrir acoso en las calles es de 14 años, partiendo desde los 9 o 10 años y aproximadamente hasta los 20, con picos en los 12 y los 15 años”, lo que muestra que las mujeres son víctimas de acoso callejero desde que son menores de edad, están en etapa escolar y son particularmente vulnerables.

En nuestro país, según datos de la Sección de Estadísticas del Poder Judicial, en el 2011 había 2 millones de mujeres en el país, y en ese año se registraron 7.321 denuncias de acoso callejero, número que podría resultar muy por debajo de la realidad, ya que la gran mayoría de estas conductas no son denunciadas. De conformidad con los datos obtenidos en la Encuesta Nacional de Juventudes realizada en nuestro país en el año 2013 por el Consejo de la Persona Joven, acerca de las manifestaciones de violencia en lugares públicos, del 39,8% de la muestra que refiere haber recibido miradas obscenas, 28% corresponde a mujeres; el 45,7% de la muestra a la que les han gritado vulgaridades, 32,7% son mujeres; y del 23,5% de la muestra que han sido tocadas en la calle o el bus sin autorización, 15, 6% son mujeres.

En aras de contribuir a la prevención y atención contra el acoso callejero, la Defensoría en asocio con el Inamu y la sociedad civil hemos realizado un relanzamiento de una campaña en redes sociales denominada “El Acoso Callejero No es Cosa de Hombres” y para el próximo año iniciaremos con la institucionalidad pública actividades de educación, prevención, sensibilización, promoción y divulgación de los derechos humanos de las mujeres que contribuyan a la erradicación de la violencia contra las mujeres.

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