“Cuando alguno pretenda tu gloria manchar verás a tu pueblo valiente y viril…” Una ilusión, lamentable. Costa Rica se nos derrite en nuestras propias manos; ante nuestros propios ojos y ante nuestra propia conciencia.
Los lamentos o los llantos o las justificaciones perversas de nada servirán. Se hace imposible ordenar a este país. La descomposición es total. El hedor de la corrupción es inevitable. No hay duda que el caos clase “A” favorece a todos los corruptos pequeños, medianos y grandes y, juntos nos hundimos.
Los corruptos creen que son honorables o íntegros, están soñando solamente. La aplicación de las leyes merece una gigantesca revisión y valoración; pareciera que un significativo número de jueces actúa en la oscuridad. El enorme comercio con las drogas anda igual. Son atrapados los peces pequeños. Los grandes peces se esconden muy bien o son invisibles. Y, siguen adelante como verdaderos triunfantes. El comercio es total y su organización es también.En educación andamos igual de mal o quizá un poco peor; las ocurrencias se suman y son cada vez más. Los niños y jóvenes abandonan prematuramente las aulas; y se quedan atrapados en un mundo sin esperanza. Algunos se convierten en pandilleros desde muy corta edad. Y cometen toda clase de maldades. Los que siguen estudiando se convierten en pandilleros profesionales.
En los hogares reina la disfunción; los padres no tienen la condición moral para ordenar; las normas morales, espirituales, no son aplicadas. En muchos casos, a los padres les importan un pito sus hijos y preparar a sus hijos para que adquieran el éxito o fracaso les da igual. Los políticos embriagados y manchados, con sus argumentos desteñidos de ayer y de hoy quieren gobernar. Una buena mayoría están gordos de corrupción y estos políticos siguen demostrando lo que valen. No valen nada, son mentirosos, manipuladores, descarados y sin palabra; no pierden ninguna esperanza; y siguen soñando con llegar al poder para hacer lo que siempre hacen. Estos políticos embriagan al pueblo y el pueblo torpemente los sigue.
Pareciera que el Dios Bueno ha partido de la Tierra, hemos quedado en las manos del verdadero Satán. Este pueblo está enfermo, adormecido, desinteresado, no distingue lo bueno de lo malo ni lo malo de lo bueno. Lo moral, lo espiritual ya es tabú desgraciadamente. Los grandes distractores, ciegan al pueblo; el fut de las primeras divisiones que ha pasado de regular a malo, las novelas con toda clase de perversidades. La Iglesia Católica y los protestantes caminan de la mano manifestando desviaciones y manifestando todo lo contrario a lo que está escrito en la Sagrada Biblia.
Los adoradores de ídolos y del dinero extraviaron la integridad y caminan abrazados a los impulsos y a la maldad. Además la trata de personas, el sexo desbocado, las drogas lícitas e ilícitas abundan por doquier. El pueblo se ha olvidado del Dios Bueno. Se ha olvidado de los mercaderes del tempo sagrado, que un día Jesús los sacó. Se ha olvidado de las víboras del desierto. Se ha olvidado de las treinta malditas monedas. Se ha olvidado de los fariseos, de los hipócritas. El camino del diablo es el de mayor movimiento. Es el gran camino rumbo al despeñadero.
Que Dios tenga misericordia de todos nosotros y que cada persona abra su mente y su corazón y se pase, lo antes posible, al camino del Dios Bueno y Verdadero; antes de que sea demasiado tarde.