Érase una vez un país que vivía bajo relativa tranquilidad, hasta que un día, se volvió sombrío a causa de la barbarie de unos cuantos; la insaciable sed de poder y los desquiciados extremismos ideológicos confluyeron para sembrar el caos.
Ojalá esto fuese el preámbulo de algún cuento de terror, pero no, es la cruda realidad de Siria al día de hoy. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, desde el comienzo de la guerra civil el país en 2011, se contabilizan al menos 240.000 muertes. Además, cifras del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) afirman que 11,6 millones de personas (más de la mitad de la población) han sido desplazadas, y de esas, 4 millones se encuentran refugiadas en otros países (95% en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto).
Dichos flujos migratorios han alcanzado niveles sumamente críticos durante 2015. Estos cinco países que albergan la mayoría de refugiados en el extranjero, anunciaron que ya han llegado al límite de atención y recepción de asilamientos. Amnistía Internacional señaló que las restricciones fronterizas se han vuelto más rígidas, por lo que quienes emigran corren el riesgo de ser deportados a Siria. Anudado a ello, las mujeres y niñas asiladas son propensas a ser víctimas de estigmatizaciones, matrimonios a temprana edad, acoso y violencia sexual, principalmente en los campos de refugio. También, hay decenas de miles de infantes sin acceso a educación y a una atención sanitaria básica.
Un ejemplo de esta paupérrima asistencia humanitaria, es el déficit presupuestario del Programa Mundial de Alimentos que perjudica su trabajo con los asilados sirios en Jordania; en agosto las ayudas direccionadas a los más vulnerables (200.000 personas aproximadamente) se redujeron de 28 a 14 dólares por persona al mes, y al resto se les dará 7 dólares en lugar de 14. Otro caso es el de Líbano, en donde datos de Acnur, resaltan que el 60% de refugiados allí no obtiene la asistencia necesaria, por lo que se encuentran bajo la línea de la pobreza, esto provoca que muchos se desplacen hacia otro sitio. A raíz de todos estos problemas, dichos cinco países han solicitado de emergencia el reasentamiento internacional de 380.000 sirios hospedados dentro de ellos.
Las dimensiones de este caos migratorio han provocado serios efectos fuera de Medio Oriente, poniendo cuestionamiento el apoyo de la Comunidad Internacional. La imagen de Aylan Kurdi, el niño sirio que apareció ahogado hace unos días en la playa de Ali Hoca, Turquía, causó una gran indignación que desnudó a la opinión pública el mismo triste destino de más de 2000 sirios que han intentado cruzar clandestinamente el Mediterráneo para alcanzar la tierra de salvación europea. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) confirmó que desde inicios del presente año, a Europa han inmigrado 351.314 personas en busca de asilo, la mayoría de ellos son sirios.
Como medida, recientemente se han incrementado los flujos de donaciones para las misiones humanitarias. Por otro lado, según EFE (2015) los ministros de Relaciones Externas de la Unión Europea se reunieron informalmente el pasado 5 de setiembre y acordaron una agenda de cooperación conjunta, pero la prueba de fuego será el próximo 9 de setiembre, cuando la Comisión Europea proponga al Parlamento Europeo el establecimiento de un sistema cuotas obligatorias de asilados, en el que se les concedería este privilegio a solo 120.000 personas, del total que ha emigrado a Europa.
Sin embargo, la oposición de ciertos países de la región Este del continente como Hungría y Eslovaquia a dicha iniciativa, sumado a la falta de compromiso en materia de oferta de asilo por parte de algunos Estados como los del Golfo Pérsico, Rusia, Japón, China, Estados Unidos, entre otros, hacen que se vislumbre un futuro incierto para estos mártires de la absurda guerra civil en Siria.
0 comments