A finales del 2002, envié al Consejo Universitario algunas observaciones derivadas de mi experiencia docente en la Universidad de Costa Rica, tendientes a lograr la «excelencia académica». Señalé la necesidad de evaluar y controlar la labor de los profesores anualmente, no sólo cuando el profesor solicita ascenso en Régimen Académico, obligando a la investigación y publicación, cada cuatro o cinco años (como hacen algunas universidades europeas), ya que muchos profesores no actualizan ni sus programas y… Cómo imaginar a un «artista» que no exponga, o a un historiador , médico, químico, filósofo o literato que no publique ?
El Consejo Universitario me honró, recientemente, invitándome, con otros profesionales y representación estudiantil, a trabajar en el taller: «La construcción del perfil para el profesor de la Universidad de Costa Rica», iniciativa esperanzadora y plausible… Se habló del rol de la Universidad en los años venideros, cultura e identidad , estrategias metodológicas y didácticas, idiomas, grados académicos: maestrías y doctorados, actualización de conocimientos, mediante intercambios y sistema de becas… Se coincidió (tristemente por ser factor económico) en la conveniencia de salarios más competitivos; de modo que los servidores se sientan seguros: orgullosos, identicados con la filosofía de la institución y comprometidos con el equipo en cuyas manos se fragüe el destino de los futuros profesionales.
Pero no, no basta con pagar más, exigir grados académicos más altos, ni más idiomas, ni acosar con más leyes que amarilleen archivadas a falta de interés o recursos para ejecutarlas ( como sucede al país). Urge un profesional con vocación docente, positivo, buen comunicador de conocimientos y técnicas, pero un mejor formador. Auténtico, comprometido con la institución, sus raices, el momento histórico y los retos sociales del país. Que cuestione la globalización deshumanizante. Que devuelva la fe perdida en el hombre y los sistemas políticos… Que recupere los valores morales y motive para vivir con dignidad y gratitud, como ciudadanos de bien.
Que enseñe a ser feliz con lo que se posee en vez de ser desdichados por lo que no se tiene… En fin, un humano con un perfil humano…
