Obligaciones Internacionales: Sin embargo, existe también el contexto de las obligaciones Internacionales de los Estados miembros de la OEA, en las que Costa Rica funestamente, contribuye con los detractores del Sistema y con la crisis planteada, al ser el sexto país más denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al seguir sin acatar la sentencia por el caso Artavia Murillo emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En efecto, la discutida debilidad del Sistema Interamericano y de la misma OEA para hacer cumplir sus resoluciones y sentencias se ve evidenciada en el caso conocido como Fecundación in Vitro, en el que parecen tener mayor peso las resoluciones con inspiración concordaticia de la Sala Constitucional y los criterios retrogradas de una minoría de la Asamblea Legislativa que pone en jaque la responsabilidad política y la histórica tradición que le hacen perder a Costa Rica el lugar privilegiado en la comunidad internacional, acercándose cada vez más al lugar que ocupan los países que gustan de exigir sin cumplir.
Pueblos Indígenas: En materia de derechos de pueblos indígenas, también Costa Rica queda debiendo a los compromisos internacionales a los que soberanamente se sometió, siendo el caso de la falta de aprobación de una ley consensuada con los pueblos que después de más de veinte años el Estado se niega a aprobar. También, el proceso de Consulta Previa, Libre e Informada en la construcción del Proyecto Hidroeléctrico El Diquis se ha visto manoseado por la Sala Constitucional, al haberse impuesto condiciones de tiempo para realizar la consulta, así como la continuación de las campañas de propaganda de ese proyecto por parte del Instituto Costarricense de Electricidad y la imposición de formas de organización en Asociaciones de Desarrollo extrañas al modelo indígena que evidencian violaciones al principio de libertad con que debe realizarse el proceso de consulta.
La política exterior de Costa Rica no gira exclusivamente sobre sus relaciones y conflictos con Nicaragua y los logros que se han alcanzado en disputas ante la Corte Internacional de Justicia se ven empañados por la relegada política internacional en derechos humanos, que solo contribuyen a agravar la crisis del Sistema Interamericano, por lo que se vuelve imperativo un giro en la política exterior de San José, comenzando con el pleno cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana como muestra de un voto a favor del fortalecimiento de los derechos humanos en el continente.