Los que tenemos la suerte y la bendición de tener servicio de televisión por cable, podemos ser testigos de un programa excelente que da la televisión española (TVE) los jueves por la noche, llamado “59 segundos”.
El esquema del programa es simple. En una mesa ovalada y abierta se reúnen diferentes actores de la prensa nacional española para debatir cualquier tema de actualidad. Así, se congregan los directores o periodistas de periódicos como El País, ABC, El mundo, La razón, etc.
La mecánica consiste en que un tema es planteado (por la moderadora) y en 59 segundos los periodistas dan su opinión. A veces también van representantes del gobierno y/o la oposición a dar su perspectiva o cualquier otra personalidad que la actualidad demandara. De ahí en adelante la presentadora del programa decide a quien le da la palabra, por otros 59 segundos… muy simple; pero a la vez muy rico.
Imagínense cuanto aprenderíamos los costarricenses si cada jueves pudiéramos tener en algún canal reunidos y debatiendo al director (o sus periodistas) del diario La Nación, de la Republica, de Extra, del Semanario, etc.¿Cuanto aprenderíamos del verdadero papel que los medios juegan en la democracia? Sería tan interesante ver sus planteamientos e ideas, y sobre todo su forma (y fondo) de rebatir lo que piensa el otro.
Y es que en este país que se vanagloria por su democracia centenaria, apenas se debate. El colmo fue el actual presidente que ni siquiera se tomó la molestia de debatir su plan de gobierno con el candidato del PAC en 2006. El último tema que se debatió en nuestro país fue el TLC (hace más de dos años), desde ese tiempo y hasta hoy: ¿de cuantos temas hemos visto debatir?
La única forma de aprender y entender al que no piensa como nosotros, es escuchándolo.
España, que tiene menos de 40 años de vivir en democracia pone el debate en el centro de su quehacer democrático, y ese programa de televisión lo demuestra. Y es que así es como debería de ser.
Temas tan importantes como la despenalización del aborto, el TLC con China y Singapur en medio de la crisis económica, la legalización del matrimonio homosexual, la eutanasia, el racismo y sexismo en la política nacional, la legalización de las drogas, la respuesta de la CNE ante la emergencia de La Cinchona, la laicicidad del Estado, la respuesta del gobierno ante la crisis, el sistema de bandas cambiarias, el problema creciente del desempleo … existen tantos y tantos temas de que hablar y dialogar que es verdaderamente triste que en este país, el país del no debate, se siga imaginando esa democracia idílica que nos enseñan en la escuela y colegio: la democracia de los labriegos sencillos y de la pequeña propiedad, la democracia donde todos somos igualiticos… al parecer tan igualiticos que ni nos hace falta debatir.
Se acercan tiempos electorales, ¡exijamos debate!