Soy fiel lectora del Semanario Universidad, aún desde antes que empezara a ejercer la directora actual. En esa época, me llamó la atención la periodista Martínez, por sus valientes investigaciones a elevados funcionarios de la política nacional, cuando trabajaba para un conocido canal comercial. (No conozco personalmente a la señora Martínez)
Cuando supe que ella, sería la directora del periódico Universidad, me llenó de satisfacción tal escogencia y, así lo comentamos varias amigas y amigos. Al pasar el tiempo vi que no nos equivocamos porque he podido apreciar los cambios positivos que se han operado en este semanario desde que asumió su cargo.
Soy una ciudadana más en este país; no obstante, soy parte de una sociedad que encontramos en el Semanario una visión valiente y de control político que nos ayuda a entender en su totalidad los temas que los otros medios de comunicación ya sean escritos o de cualquier otra índole, nos presentan con frecuencia en forma sesgada, a medias o, del todo los ignoran.Fue sorprendente para mí, leer en la edición Nº 1955 de julio, el artículo de la politóloga Hernández, quien califica de desconsiderados e inoportunos a quienes emiten una opinión favorable a favor de la señora Directora. Considerando además, que ese miedo al cambio es patológico, tilda a la funcionaria como persona prepotente y otras cosas más que me dejaron perpleja.
Al continuar con la lectura de alguna forma se dibujó en mi mente una función de marioneta donde la voz proviene no de la figura que uno ve y cree escuchar, si no de alguien oculto que tiene el control.
Pensé entonces, en los poderes económicos y políticos influyentes en las decisiones de este país; quienes son los que verdaderamente mandan y, son los principales interesados en que voces que se atreven a ventilar los abusos que ellos cometen sean silenciadas, porque tales denuncias les resulta como una gran piedra en el zapato.
De la misma manera me sorprendió cuando el señor Helio Gallardo escribió su artículo en el Semanario Nº 1957 y, a renglón seguido, la respuesta de la aludida politóloga refiriéndose a silencios muy graves de la Dirección del Semanario al no denunciar la corrupción que se dio en la Universidad en estas pasadas elecciones.
Estoy completamente de acuerdo con el señor Gallardo, quien sostiene que el Semanario debe estar cubierto por un marco legal que proteja tanto a su dirección como al equipo de trabajo. Así no estarían al vaivén de rencillas personales, de fuerzas políticas ofendidas porque se les desenmascara públicamente, ni de caprichos de jefaturas.
Desde que me enteré de la remoción de la directora no dejo de preguntarme:
-¿Es solamente responsabilidad exclusiva de la señora Martínez luchar contra los desaciertos del quehacer universitario, ya sean de corrupción, o cualquier otra índole que no correspondan a la ética?
-¿Qué hizo la referida politóloga para ayudar a limpiar la Universidad de la corrupción que denuncia muy convenientemente después de las elecciones universitarias?
-Si la señora Hernández denunció sus inquietudes ante la dirección del Semanario y no fue escuchada, ¿acudió a otros medios de manera que saliera a la luz pública lo que estaba ocurriendo? Si lo hizo y no me enteré, por favor discúlpeme e indíqueme cuál medio publicó su denuncia.
-¿Cuáles son sus méritos señora politóloga, que la legitiman para salir a atacar a otra funcionaria de la Institución que igual que usted, trabaja por un salario pagado por todos nosotros los ciudadanos de este país? Creo que la señora Martínez ha ganado un lugar muy digno entre el sector de costarricenses que anhelamos mayor transparencia en el accionar político de este país. Me genera sospechas este ataque contra el Semanario y su directora, debido a que también resulta muy perjudicada la más importante universidad de este país.
Señor Jensen, tanto el Semanario, como el programa Puntos de Vista, han hecho brillar a nuestra querida Universidad. La han puesto al alcance de todos, a través de ella continuamos manteniendo el pensamiento crítico y analítico. Aunque a la señora Martínez se le haya cumplido el contrato en mayo, ella, merece continuar al frente de este periódico tan valioso.
Este es un llamado a la reconsideración.