Mientras el Gobierno “entretiene” al movimiento sindical con una farsa de negociación en materia salarial y de empleo público, sin ceder un ápice en cuanto a la imposición del ridículo ajuste salarial de ¢5.000 para el presente semestre, el jueves 8 de marzo la prensa informa de un pacto que incluye a todas las fracciones legislativas a fin de agilizar la votación del paquetazo fiscal, que contempla severos impuestos contra el pueblo. Es aún más lamentable que en el Día de la Mujer se cocine este pacto, en un marco en el que se incrementa la feminización de la pobreza, pues justamente con este paquete de impuestos, especialmente con el aumento del IVA al 14%, esa tendencia contra las mujeres se agrava.
Los jefes de fracción de todos los partidos políticos acordaron a partir de la fecha indicada no presentar más mociones de revisión del proyecto de ley, aprobar una moción para levantar la sesión a las seis de la tarde todos los días, e inclusive, establecer que las y los diputados no podrán pedir recesos, mismos que solamente los otorgará el Presidente, Juan Carlos Mendoza, con el fin de realizar negociaciones o para ir al baño.Tal como manifestó en esa oportunidad Danilo Cubero, jefe de fracción de los libertarios: “el proyecto se va a votar muy rápido” (Extra, 08-03-12). De forma similar el diputado del Frente Amplio José María Villalta ha indicado que estima que el citado proyecto se vote en primer debate aproximadamente el miércoles de la semana en curso. No por casualidad, “Luis Gerardo Villanueva, jefe de fracción del PLN, externó su alegría por llevar a buen puerto las negociaciones” (Extra, 08-03-12).
Se consuma este pacto legislativo, luego de meses de ingente presión mancomunada de parte del Gobierno y de Ottón Solís, caudillo del PAC, para que se vote el Plan Fiscal, con el argumento de no entrabar más el parlamento.
Así las cosas, es harto probable que otras cuestiones de fondo se negociaron con este pacto legislativo en la víspera de la elección del nuevo Presidente de la Asamblea Legislativa, cargo para el cual, desde la heterogénea Alianza por Costa Rica, se postula al libertario Cubero, mismo que en días pasados ha sido cuestionado por Ottón Solís en caso de no agilizarse la votación del Plan Fiscal. De manera que los grandes ganadores de este pacto son el Gobierno y Ottón Solís, mientras el gran perdedor es el pueblo costarricense.
Cabe agregar que para detener el Plan Fiscal, no hay ninguna garantía de que prospere la consulta de constitucionalidad en la Sala IV, no sólo porque esta instancia ha demostrado una y otra vez estar al servicio de los intereses de la oligarquía, sino porque Fishman del PUSC, que es el que presentó dicha consulta, también forma parte de este pacto de “gobernabilidad” legislativo.
Es en esas circunstancias, que es muy acertado el llamado del Sindicato de Empleados-as de la Universidad de Costa Rica (SINDEU) a movilizarse para expresar nuestro repudio al paquetazo de impuestos contra el pueblo.