El software libre y las bibliotecas, una afinidad natural

Hoy en día las bibliotecas y las distintas unidades de información se enfrentan a un reto importante: la ausencia de los usuarios.Es claro que

Hoy en día las bibliotecas y las distintas unidades de información se enfrentan a un reto importante: la ausencia de los usuarios.

Es claro que la razón de ser de una biblioteca es el usuario, de la misma forma que un libro existe para un lector, las diferentes unidades de información se deben a los usuarios, ya que sin ellos serían solamente simples almacenes de conocimiento y de nada sirve el conocimiento si no se transmite, si no se comparte y se usa para construir nuevo conocimiento.

Las tecnologías de la información y comunicación han venido a ser un gran aliado de las bibliotecas, ya que su uso ha permitido modernizar tanto los procesos técnicos y la gestión documental como también la prestación de servicios, pero también han sido la espada de Damocles,   ya que al estar presentes en gran cantidad de hogares, los usuarios han encontrado otras fuentes de información que no requieren de salir a la calle, que están disponibles las 24 horas del días, todos los días de la semana; por lo tanto, el usuario asiste menos a la biblioteca.

 

Ante este panorama, la biblioteca como entidad se ha venido reinventando a sí misma, creando nuevos servicios, nuevas formas de atracción de usuarios. Actividades de alfabetización, de diseminación de la información y de formación son nuevos elementos atractivos que se brindan. Nuevamente la intersección con las tecnologías es fundamental para lograr estos nuevos objetivos.

Y es en este punto donde el software libre surge como una herramienta valiosa, que cumple con una función social muy importante. Lo primero que se debe entender es que el software libre no es un asunto de dinero, ni de tecnología; el software libre es una forma de pensar, es una filosofía que permite llevar el conocimiento, la construcción y reconstrucción de este a todas las capas de la sociedad de forma libre, transparente y sin restricciones. ¿No son acaso estos principios los mismos que una biblioteca tiene?  La respuesta salta a la vista.

El software libre lo que busca y pretende es que todos y todas puedan tener herramientas de desarrollo, de crecimiento personal y colectivo y fortalecer a la sociedad y disminuir las diferencias entre estratos.

El software libre, por lo tanto, pensado de esta forma, ayuda no solo a los procesos internos de una biblioteca, dando una oportunidad de administración de recursos muy interesante, sino que también permite fortalecer la acción comunitaria que toda biblioteca y unidad de información posee.

No solo con cursos de capacitación, fomentando la construcción colectiva de nuevo conocimiento, cosa que las licencias de software libre permiten sin ningún tipo de limitante, las bibliotecas además pueden ser fuentes de distribución de estas herramientas, apoyar los proceso de formación en el uso de las tecnologías y, por lo tanto, ayudar a reducir la brecha digital de la que tanto se habla.

Las herramientas existen y a cada momento que pasa son más eficientes, más novedosas; las personas dispuestas a dar el apoyo también estamos listos y deseosos de brindarnos; lo que falta es dar el paso, tanto desde la academia universitaria en materia de Bibliotecología y Ciencias de la Información; también se requiere la acción de las y los bibliotecólogos que hoy tienen a su cargo una unidad de información, una biblioteca o un centro especializado. De igual forma este tema merece desarrollarse y estudiarse desde la óptica del Colegio de profesionales de la disciplina y  tienen una palabra importante los diferentes sistemas municipales de bibliotecas, el Sistema Nacional de Bibliotecas y por supuesto el Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información de la Universidad de Costa Rica.

Ya este paso ha sido dado en otros lugares, como en América del Sur y Europa, y las noticias son altamente positivas. Los usuarios encuentran nuevos incentivos, nuevas herramientas de desarrollo y aprendizaje, las usan, las conocen y aprenden de ellas y, lo mejor: se las pueden llevar a su casa.

Al conocimiento no se le pueden poner límites, no se puede distribuir con recelo; esto lo sabemos quienes seguimos la bibliotecología como carrera profesional. La información no es útil si no es divulgada y el software libre es la herramienta perfecta para la consecución de este objetivo; la afinidad entra ambas partes es natural. Los cambios acá planteados renuevan la misión de las bibliotecas y fortalecen la visión siempre hacia el mejor beneficio de los usuarios y de la sociedad.

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