Las estudiantes embarazadas de Secundaria, por años, sobrepasan las 14.000. Los funcionarios del MEP, que tienen un alto grado de responsabilidad en este delito, no ven, no oyen y callan. No hacen nada racional. No les importa o son incapaces.
Se abrazan en el silencio y duermen plácidamente en la obesa irresponsabilidad. El sonrojo de la vergüenza no existe. No ofrecen propuestas de alguna posible solución. Valdría la pena o conviene realizar una investigación, quizá de la complicidad del MEP con las industrias farmacéuticas y su relación con las Guías Sexuales.
Parece que el desarrollo de los temas de esas Guías proporciona un mayor interés con las prácticas sexuales.Las “charlas” de los profesores, más bien confunden y provocan una práctica sexual de mayor intensidad. Los anticonceptivos y abortivos se venden sin control médico y la venta de preservativos es incontrolable. El negocio es total y fructífero, las compañías farmacéuticas están felices.
Ninguna persona cuerda creerá que esos embarazos son obra de Dios. El inicio de esta desgracia está en la actitud de los padres de familia que descuidan a sus hijos. Los altos niveles de tolerancia y la irresponsabilidad son los factores primarios de la desgracia.
Las fiestas que se realizan en casas particulares en donde abundan los licores y otras drogas. Los directores y personal de colegios muestran muchísima tolerancia y complicidad y manifiestan su total deshonestidad. Además está presente todo el tráfico de la pornografía, que ocasiona los daños ya conocidos.
Los funcionarios del MEP están en los brazos de Morfeo día y noche. El descaro es total, como se sabe, las jóvenes embarazadas corren peligrosos riesgos de su vida y de su bienestar personal. Serán madres llevando su inocencia y su pesar. La noche les será muy oscura y las luces del verdadero amor no les llegarán.
Los niñitos vendrán al mundo y la oscuridad y el peligro es superior. La madre apenas estudiante, dependiente de sus padres, el “futuro” padre, en situación parecida. La joven madre, después, posiblemente buscará dinero “fácil”.
Esos niñitos serán seres sin sonrisas y sin color, y serán caminantes del dolor, sin esperanza, sin rumbo e incapaces de formar una mejor sociedad. En fin, la noche con su manto negro, les cubrirá y abrazados de la desgracia, olvidados y abandonados, quizá, soñarán una vida de fantasía, en una sociedad extraña, llena de ilusiones y de bellezas, que jamás tendrán.
Las esperanzas de éxito, de bienestar y de felicidad, caminarán por el lado opuesto y jamás se juntarán. El faro encendió sus luces muy tarde y la desgracia ocurrió.