En su artículo «Evaluación de los cursos: un debate urgente», parte I y II (Semanarios del 08 y del 15 de setiembre, respectivamente), el profesor don Iván Molina, nos invita a un diálogo con el fin de mejorar el actual instrumento utilizado por la Vicerrectoría de Docencia a través de su Centro de Evaluación Académica CEA, para evaluar el desempeño docente. ¡Invitación acogida!
Conciencia de la evaluación, conciencia del propio desempeño
Tal como señala don Iván, la evaluación es «una tarea fundamental para asegurar su calidad (la de los cursos)», lo cual significa que tiene una dimensión cualitativa que aúna elementos tan diversos como integradores: el criterio de los y las estudiantes; de los y las docentes; el programa de curso, y otros componentes curriculares considerados pertinentes para tal fin. Dicho de otra forma, para evaluar el desempeño del docente de forma integral, es importante recurrir a medios diversos para obtener, analizar y tomar decisiones respecto a la información resultante de su aplicación. Con este presupuesto, el procedimiento del CEA para calificar el desempeño docente y valorar su ascenso en Régimen Académico dentro de la Universidad de Costa Rica, se constituye en uno de esos medios: no pretende ser la totalidad metodológica para determinar la calidad del desempeño. Se suman a esta calificación, la valoración de la persona que funge como superior jerárquico, así como una autoevaluación.
Por otra parte y complementariamente, cada docente que decida evaluar su desempeño, tiene la oportunidad de entrar en una dinámica tendiente al mejoramiento y que pasa por el verse a si mismo en su ejercicio profesional, ser visto por otros, contextualizar y analizar información, delimitar pautas de mejoramiento y ponerlas en práctica y, visualizarse nuevamente en ese proceso para valorar los resultados del mismo, situación que trasciende al instrumento del CEA y que se circunscribe a una decisión personal.
«El instrumento del CEA» como lo llama don Iván, señala en su introducción que tiene «el fin de conocer el desempeño docente», por lo cual es importante considerar que, en principio responde a la intención de puntualizar cómo se desempeña cada docente, mediante la valoración de distintos aspectos de su ejercicio profesional.
La información resultante podría entonces ser utilizada para otros efectos, más allá de la calificación para ascenso en Régimen. En este sentido y en acuerdo con don Iván, solicitar el desglose del cálculo promedio que se entrega a cada docente, es importante como una forma de evidenciar el resultado particular de los aspectos evaluados. El o la docente que solicite ese desglose con mejores criterios para reconocer sus fortalezas y las áreas en que puede mejorar. Un desglose análogo también sería de mucha utilidad para los y las estudiantes cuando los evaluamos en los cursos.
De forma relevante, cuestionar la pertinencia del instrumento utilizado hasta el momento por el CEA, a la que apela don Iván, refiere a la contextualización y consecuente mejoramiento del instrumento en si mismo, así como también de las técnicas y procedimientos que se realicen en otros ámbitos y niveles en materia de evaluación (por ejemplo en el aula).
Deriva de esta reflexión, la importancia de concientizarnos como Centro de Evaluación Académica y como comunidad universitaria al respecto. El instrumento es finito y perfectible, por lo que este diálogo al que fuimos invitadas e invitados, es un espacio que se nos abre para compartir la investigación que el CEA está realizando, en materia de evaluación docente.
En este momento el Departamento de Investigación y Evaluación Académica, DIEA, del CEA, trabaja en dos proyectos que tocan la evaluación del desempeño docente, a saber:
1) Dos cuestionarios: uno para recopilar el criterio de los docentes y el otro para aunar el de los estudiantes. Ambos instrumentos buscan información sobre aspectos tales como estructura de la carrera y su desarrollo, desempeño docente, infraestructura y recursos didácticos, entre otros. Dichos instrumentos se ofrecerán a las Unidades Académicas para apoyar el proceso de autoevaluación con miras a la Acreditación. Constituyen una propuesta de un marco referencial general para que cada unidad académica especifique los aspectos que considere pertinentes. Los documentos están en su etapa final, próximos a validarse.
2) Un Proyecto de Investigación: «Aplicación de un sistema de evaluación docente en la Universidad de Costa Rica». La primera fase, sobre conceptualización y lineamientos evaluativos, está concluida. Se inicia la segunda fase, acerca de la participación de informantes a distintos niveles y la generación, aplicación, validación y propuesta final de módulos para evaluación de los docentes, que trascienden la aplicación de un solo instrumento. Los diferentes componentes e instrumentos de esta evaluación estarán siendo validados tanto por expertos, como por una muestra de los docentes que serían evaluados, sea por solicitud de ascenso en Régimen Académico, o por participar en procesos de autoevaluación de las unidades académicas.
Aún cuando «el instrumento del CEA», como lo llama don Iván, es perfectible y el CEA ha escuchado las preocupaciones de la comunidad universitaria y por eso las acciones antes mencionadas, debemos reconocer que cuando con ese instrumento profesores y profesoras han salido mal calificados, se ha activado todo un «desequilibrio» interno que necesariamente ha conducido al mejoramiento de su desempeño docente.
*Investigadora CEA