En una entrega anterior explicamos la naturaleza esencialmente fascista del sionismo que anima al Estado de Israel desde su constitución y su despojo sistemático del pueblo palestino. Hoy referiremos a la tragedia actual de Gaza.
En Gaza presenciamos una confrontación con absoluta desproporción militar, por un lado, entre el sofisticado y poderoso ejército de Israel, armado y financiado hasta los dientes por el imperialismo norteamericano y la OTAN, y por otro lado, el heroico pueblo pobre de Gaza que resiste metro a metro la ofensiva despiadada de Israel, con piedras, con pocas armas y municiones, sin aviación, ni escudo antiaéreo, sin suministro de agua potable, con sus hospitales abarrotados y bombardeados, sus casas demolidas, con cortes de energía continuos y con la frontera de Egipto cerrada por el régimen militar colaboracionista, sometido además a un inclemente y largo bloqueo comercial.Al momento de escribir estas líneas, desde que empezaron los ataques aéreos de Israel el 1 de julio y en los inicios de la ofensiva terrestre, se contabilizaban ya más de 600 muertos del lado palestino, una quinta parte de los cuales eran niños y niñas. A la cifra de fallecidos hay que añadir los miles de heridos y mutilados palestinos. Asimismo se contabilizan en 135.000 el número de desplazados totales desde el inicio de la ofensiva.
Por otra parte, el Ejército sionista ha confirmado el incremento significativo de sus bajas mortales. Como indica el diario El País de España: “Es una cifra considerable para las Fuerzas Armadas de Israel, acostumbradas a avanzar con gran cautela y protegidos por su abrumadora superioridad militar. Los palestinos no tienen Armada, aviación ni vehículos blindados”. (El País, 22 de julio 2014).
De estos hechos, podemos destacar dos conclusiones. Primero: pese a su enorme inferioridad en el plano militar, la resistencia palestina combate con fiereza y heroísmo. Segundo: No es lo mismo para el sionismo protegerse con su ultramoderno escudo antiaéreo, atacar por aire a la población civil de Gaza con drones y racimos de bombas a granel, que el combate terrestre que inicia recién el 17 de julio, que es y será cuerpo a cuerpo, calle por calle, escenario en el que ni todo el poder de fuego de la potencia militar de Israel, podrá evitar un incremento progresivo de los soldados sionistas caídos en combate.
Desde luego, en esta terrible confrontación no podemos ser neutrales. Estamos al lado de las y los oprimidos, eso significa que apoyamos decididamente la resistencia palestina que lucha heroicamente por sobrevivir al exterminio.