Gracias, Rajoy, gracias.

Me explicó: Rajoy prometió a un electorado español cansado de la retórica socialista “firmeza” y “honestidad” en todos sus actos, a fin de sacar

No es fácil romper el cordón umbilical  de más de tres siglos sometidos a la “madre Patria”, tomando en cuenta que España nos regaló, entre otros aportes, el “caudillismo” con que sustituyó el modelo de producción aborigen por otro diametralmente opuesto, encaminado a enterrar entonces lo  “viejo” y “herético”. Estos tres siglos, en contraste con 191 años de la separación política y administrativa española, definitivamente pesan en la vida política de una colectividad. Lo anterior viene  a acotación con los encendidos “debates” que nos trae a menudo la televisión española, en relación con el gobierno del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy y la “herencia” de José Luis Rodríguez Zapatero del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Me explicó: Rajoy prometió a un electorado español cansado de la retórica socialista “firmeza” y “honestidad” en todos sus actos, a fin de sacar a España del atolladero en que la tenía el PSOE. Dentro  de esta “firmeza” y “honestidad” dijo no a la subida del Impuesto al Valor Agregado (IVA) como pretendía Rodríguez Zapatero, para golpear a los más débiles. ¡Sí a la reactivación de la economía española!, arengaba en Valencia, Barcelona y hasta en el cuarto de baño, mientras unas diez veces lo oí por televisión decir que España no necesitaba rescate financiero. Hoy la intervención foránea en las finanzas españolas (rescate financiero suena mejor) es una realidad, por parte de Bréeselas. Intervención cuya responsabilidad descansa en el sistema bancario y de cajas de ahorro español que, ante el exceso de dinero, provocaron la llamada crisis hipotecaria. Ahora un paquete tributario del PP aumentó el IVA del 18% a 21%, reduce  la ayuda a los desempleados (España tiene casi 5 millones de desocupados), disminuye las finanzas para la educación y la ciencia, liberalizó los contratos laborales, avisó sobre  posibles despidos de empleados públicos y perdonó, en plena crisis, impuestos a las principales empresas de España, supuestamente para combatir la recesión.

Me recuerda el paquete tributario que apoyó el excandidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, enterrado recientemente por un grupo de diputados de distintas fracciones. Con la advertencia que cualquier coincidencia es mera similitud: Rodríguez Zapatero apoyó la subida del IVA —no en la proporción que lo hizo Rajoy—, pero su partido ahora está sin palabras en materia del IVA. A lo sumo atina a decir que España es de todos y todos deben contribuir con la solución. ¡Categórica y patriótica respuesta! Sin embargo, un análisis sobre sí es cierto que en España todos pagan la crisis, nos dice otra cosa. El despido de los empleados públicos anunciados por Rajoy es para aquellos que están más a mano, pues los funcionarios políticos (nombrados por los partidos) en las comunidades autónomas o en puestos de asesorías y consejería son especímenes intocables por PSOE y PP. La amnistía a los grandes empresarios sirvió para que estos sacaran su dinero y lo estén invirtiendo fuera de España. La liberalización de los contratos laborales significó no solo un aumento en el desempleo, sino una deformación en las relaciones laborales, traducida en desmejoramientos en las condiciones de los obreros y reducción  de sus  sueldos.

En el caso costarricense (es mera semejanza y desde ya aclaro que descarto  que Rajoy nos halla copiado o en Zapote haya un PP  haciendo de las suyas), entre evasores y otras causas el fisco dejó de percibir fondos por un billón de colones (Diario Extra pág. 2, 12/7/12), sea por amnistía de hecho o de derecho.

En cuanto a los acuerdos laborales logrados en los últimos años entre empleados y la Caja Costarricense del Seguro Social que, según Albino Vargas, dirigente de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) van a disminuir   (Telenoticias edición de mediodía 12/7/12), allá y acá claman oficialmente  a favor de sacrificios de todos para salir adelante. Además, es  posible que haya movilidad laboral voluntaria en el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para hacer a este más competitivo. Hay que recordar que las empresas extranjeras supuestamente vinieron a competir con el ICE y requieren a lo mejor de técnicos y personal que se acogerían a la “movilidad”. La idea no es mía: es de Rajoy; un día de estos planteó algo parecido, de tal manera que personal calificado estatal pase al sector privado para reducir gastos y hacer “competitiva” a España.

Repito: son meras casualidades, pues España está dirigido por el conservador PP y  nosotros por socialdemócratas. Nadie me convencerá (ni pierdan tiempo) que un PP está haciendo “diabluras” desde Zapote; menos me vengan a decir que nuestros socialdemócratas  militan ahora en el PP.

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