¿Cómo se escribe grafiti? ¡Qué importa!
Es lo que tiene de carne insatisfecha, de sangre social.
Cada grafiti cuenta una historia y la escribe con letras, en ocasiones se acompaña con una iconografía de subculturas, por lo que su ámbito de acción se ve limitado.
En los servicios sanitarios, una pared grafitera enseña una página de diarios inacabados, el lugar donde hacemos nuestras necesidades fisiológicas, trono de la reina o del rey, cagadero material donde se depositan heces, orines y otros pienses. Mientras se está sentados en ese asiento perforado se tiene un tiempo para pensar, ignorar, limpiarse por dentro –y por fuera−, y por qué no, hacer algo más, largar una idea descriptiva de alguna preocupación o algún hecho que incomoda y se quiere vomitar, tal vez críticamente.Ese lapso entre defecar, limpiarse el trasero y lavarse las manos, es un instante anónimo de quien grafitea, que se propicia y se apropia para sacar su línea interior de represión (¿espíritu juicioso?, lo mismo que atacar –y ser replicado por otro anónimo− en la misma pared, en el mismo espacio subcultural, en el mismo cagadero.
¿Hay trascendencia en este tipo de grafiti? Depende de quién lo valore. Lo que sí es claro es que es para un destinatario restringido o grupos pequeños: descarga fisiológica, exposición y entretenimiento.
El grafiti es de típico monologar y afirmar; acoge alguno que otro diálogo también anónimo. Lo que pareciera más indigno es cuando se usa para lastimar la integridad de una persona, porque queda expuesta y en estado de indefensión.
¿Quiénes participan? Con o sin respuesta. ¿Él o ella? ¿Hombres y mujeres, homosexuales y lesbianas, los hermafroditas? No nos referimos a la naturaleza biológica, sino a la social.
En el grafiti su canto de sirena nos atrapa un instante, nada más. Las curiosidades, preguntas y respuestas que revienen, como la regadera cuyas aguas no son las mismas cuando nos bañamos, quedan en cada persona.
Este lugar, básicamente público y muy usado en instituciones como colegios, universidades o de afinidades autónomas, tiende a ser usado con temas que tocan filosofía, sexo, búsqueda, política, religión, hastío, crisis existencial, oferta de servicios, calumnia, asuntos personales, pareja, ecología, teología, futuro, y una lista diversa y abierta en su esquema para materializar el sentido y logos del grafiti. Es un hecho individual, a la vez que colectivo por su esquema sociológico de texto y contexto en la época en que se registra.
Del dicho al hecho. Algunos grafitis recogidos en el año 2014, dan cuenta de aquella actividad fisiológica, mental y cultural, como signo del anónimo y de la máscara del anonimato. La muestra fue recogida con pinzas en los sanitarios de mujeres y hombres, segundo piso del viejo edificio de Ciencias Sociales-UCR. Tenemos archivo fotográfico de las paredes.
Mujeres. – “Las mujeres estamos descontextualizadas en todas partes”. – “El presente es nuestro, el futuro no se ve Despierta Costa Rica (réplica) –es un fracaso y el futuro no se ve”. – “Amar la libertad por lo tanto ninguna ley, ni la sociedad te lo puede negar”. – “vida tu decisión aborto legal fuera rosarios de mis ovarios!” – “Dejen amar (símbolo de dos mujeres)”. – “¿Dónde está el papel? ¡Dejen de matar la pared con caca!”
Hombres. – “Dios te busca”. – “Busco mae heterosexual discreto apuntado guapo no loca que quiero experimentar”. – “Amar sin ser amado es como limpiarse sin haber cagado”. – “Cagar es un placer”. –“Aquí la política se iguala”. – “Por qué estudiás Ciencias Sociales? (réplica) –para leer los grafittis del baño”.
En el listado anterior la manifestación mayor es política y sexual, sin límite para tocar otros temas.
En otros sanitarios que revisamos son las mujeres las más desatadas en grafitear y replicar con un lenguaje explícito de mayor envergadura que el de los hombres.
Sin embargo, nuestra observación es que el ser social de quienes ahí se expresan es todo un género que se iguala. Por ello el anónimo. Las paredes se limpian y el anónimo vuelve a la carga.
