Las condiciones para el desarrollo no son un proceso técnico, sino más bien un proceso político; a veces, la política muestra su cara sucia, su rostro mal intencionado; en la educación encontramos su naturaleza humana, la verdad.
La pobreza, producto de la inequidad, a su vez es la perversa relación de poder, donde pocos dominan todo. Vencer la pobreza es el imperativo moral de la humanidad; la pobreza es el mayor atentado a los derechos humanos y las libertades humanas, causado por sistemas excluyentes.En América Latina se debe consagrar la democracia formal, pero más allá, la democracia real con acceso a dignas condiciones de vida, donde prevalezcan los derechos humanos, cambios como consecuencia de la relación de poder, el poder en manos del pueblo.
El desarrollo en un problema político, se debe a quién toma las decisiones racionales, a quién manda, las elites o las grandes mayorías, el mercado o la sociedad; América Latina ha sido dominada por elites excluyentes del beneficio y el progreso.
No puede haber libertad sin justicia; solo buscando la justicia lograremos alcanzar la verdadera libertad; esta justicia no se logra por medio de una mano invisible, por lo contrario, una mano visible, la sociedad tomando conscientemente sus decisiones.
Una sociedad tomando decisiones racionales y conscientes, son el primer paso para el camino al desarrollo; superar los antivalores impuestos por un sistema dominado por el mercado −donde lo más importante es el dinero y no el ser humano−, es un paso necesario para lograr un desarrollo más humano y que las prioridades colectivas se impongan ante los intereses individuales de quienes manejan nuestros países.
El problema del desarrollo es que exige muchas condiciones necesarias, pero ninguna en sí misma eficiente. Los países que no invierten en mayoría en Educación, serán más ignorantes y, por consecuencia, necesitaran de la producción de otros. El cambio cultural es otro aporte importante para el desarrollo; mejorar nuestros valores, aprender a trabajar en grupo, es un paso necesario para tener mayor desarrollo. Necesitamos superar los antivalores culturales, superar el miedo al cambio en Latinoamérica.
El orden mundial no es solo injusto, es inmoral; está orientado a satisfacer las necesidades de los más poderosos, para pocos. Para muchos, la miseria es parte del folclor, pero es causa de la mala relación de poder. Invirtiendo en talento humano, ciencia, tecnología y educación, superaremos de forma inteligente, soberana y humana, la economía extractivista, para volver a la economía recolectora para inversión pública y bienestar social. El gran desafío de la humanidad en el siglo XX, es el desarrollo de los países pobres, es una acción política que empieza por liberar a las grandes mayorías de las elites.