Te decía al principio que me parece que en Venezuela no solo defendieron esos foros en marcha, sino obras concretas, que si bien no han resuelto las herencias de 200 años de inequidad, al menos en 13 años mermaron la pobreza como ningún país en América Latina. Unos amigos de tu Caracas me enviaron algunos datos, que luego confirmaron saltadamente alguna gente de la “oposición” y comparto con vos. Fíjate, Simón, las exportaciones de hidrocarburos permitieron que entre 2011 y 1999 se duplicaran las reservas internacionales, se elimine la deuda externa, se sostengan fuertes préstamos a países de la región, todo ello en un contexto en que, pese a los controles cambiarios, la fuga de capitales de los sectores empresariales y medios representó la pérdida de unos $9700 millones anuales promedio. Se los llevaron y no les importaron los más débiles.
El incremento en la actividad permitió crear unos tres millones y medio de empleos durante 13 años, disminuyendo en seis puntos porcentuales la tasa de desempleo. Medida por ingreso, el 50 % de la población era pobre y el 20 % indigente en 1999. En 2011, la pobreza cubría al 31,6 % de los venezolanos y la indigencia al 8,5 %. La más equitativa distribución de los ingresos durante estos últimos gobiernos es evidente: mientras que en 1999 el 20 % más rico de la población ganaba 14 veces los ingresos del 20 % más pobre, esa diferencia se había reducido ocho veces en el año 2011. No todo está bien. La inseguridad ciudadana está en la mira para estos próximos seis años y sobre todo el empoderamiento del poder popular para que este organice, planifique y ejecute sus programas con base a sus necesidades. ¡Ves! no es una democracia de votaciones solamente cierto tiempo.
Y antes que me preguntes por los incidentes del domingo frente a la embajada de tu país en San José, envíe a San Peter lo que sabemos: Unos cuantos ticos llegaron frente a la sede diplomática en número inferior a los venezolanos votantes, con un megáfono al hombro y encaramaron en un árbol cercano una manta con el apellido Chávez, algo demoníaco por estos días acá; llegó la policía y los hizo bajar el trapo, les decomisó el megáfono y casi se los alza, en cumplimiento de la ley, dijeron. Ni le quito ni le pongo Simón. ¡Dígale a Juan Rafael Mora que no sienta vergüenza por ello!