Más a la derecha de la foto uno de los militares, posiblemente el jefe, parece decirle algo al niño: ¿lo amenaza, se mofa, lo interroga? Atrás hay otro militar, es negro, probablemente de origen africano/musulmán. Puedo suponer que los padres de este niño han sido también capturados, o lo peor, pero común en Gaza, asesinados cruelmente. ¿Hacia dónde lo llevan? No lo sé, deben haberlo “encontrado” en las afueras de la ciudad y ahora permanece en una de las múltiples prisiones para palestinos y musulmanes (si no es que, Oh Dios, lo han asesinado también). Porque Gaza, ya lo sabemos, es un enorme campo de concentración.
La pregunta es: ¿hasta dónde llegarán esas bestias nazi/sionistas toleradas por las grandes potencias? ¿Hasta dónde les permitirá esta humanidad deshumanizada llegar?
Las disquisiciones metafísicas y los lugares comunes histórico/políticos acá no tienen cabida. Allá se está cometiendo un genocidio sin parangón a vista y paciencia de todos. Que nadie venga con predicaciones tipo “pueblo elegido de Dios” o de “legítima defensa”. El ejército israelí se convierte en la maquinaria bélica más asesina del siglo XXI (junto al ejército y los aparatos de seguridad de USA). ¡Y quienes berrean por los derechos humanos ¿donde están?!
Sí, escribo este pequeño artículo para exorcizar una imagen que me ha penetrado hasta los tuétanos y no me deja en paz. Al menos espero sacarla de mi mente con estas palabras de condena al sionismo del Estado de Israel y sus tentáculos internacionales, incluida la gran prensa, es decir, el lobby militar/empresarial y la industria cultural globalizante y globalizada. Y algunos diputadillos estupidizantes de este pequeño enclave. ¡Oh Alá!