La agenda sanitaria no la deben imponer los medios masivos de comunicación. Es legítimo el derecho que le asiste a una empresa comercial, de buscar el lucro.
Las que así no proceden entran en procesos de banca rota. Por eso quizá, «Bad News, are Good News».
Los medios suelen poner en sus titulares los eventos singulares o dramáticos.
El negocio mediático tiene esa característica. Por eso la cobertura gigantesca que reciben algunas enfermedades zoonóticas emergentes: SARS, Encefalopatía Espongiforme Bovina (vendida con el atractivo nombre comercial de «Vaca Loca»), Influenza aviar y hoy la Gripe porcina (que de porcina apenas tiene un pequeño componente del genoma del virus que la causa).? ?
Para ponerlo en perspectiva, cada año, solo en EE.UU. mueren por la gripe estacional más de 32 mil personas, y en México con este raro virus modelo 2009, han muerto casi 150. Cuando los medios nos construyen la agenda pública sanitaria, lo hacen partiendo de sus necesidades, pero terminan secuestrando científicos, instituciones y presupuestos, y al hacerlo, los alejan de problemas mayores y posponen las soluciones de mayor impacto.??Si sumamos a los pacientes de SARS, Vaca Loca, Influenza aviar y de la Gripe porcina, existen más personas viviendo, que muriendo de estas enfermedades, incluyendo por supuesto a los periodistas y las empresas de comunicación.??
Cuando la agenda sanitaria se establece abordando los problemas con método epidemiológico, la brújula suele apuntar en otras direcciones. La epidemiología, al contrario de los medios de comunicación colectiva, nos señala aquellos problemas de mayor morbi-mortalidad; nos coloca en lo frecuente, donde se logra más resultados con el esfuerzo.??
La paradoja es que los operadores sanitarios existen para impactar los perfiles epidemiológicos y no para aumentar lectores o audiencias. La morbi-mortalidad causada por los enteropatógenos, supera en mucho la suma de todas esas otras zoonosis que tienen el privilegio de ocupar titulares de cinco columnas.??
Hay que apartarse de la dictadura de los medios, y meterse de lleno a estudiar y resolver un problema de salud pública que no este de moda.?Las enfermedades crónicas, o endémicas, o viejas, o frecuentes, terminan incorporándose al paradigma sanitario de los pueblos.
En el tercer mundo estamos tan acostumbrados a las diarreas, que cuando pasa mucho tiempo sin que nos ocurra, vamos a la botica a comprar un purgante. Cambiar esa realidad es un reto, sabemos que podemos y debemos hacerlo. Se necesita constancia, perseverancia y hasta terquedad. Es necesario superar la visión del corto plazo y apropiarse del futuro lejano.
?No podemos negar la influencia inmensa de los medios de comunicación masiva en las políticas públicas, pero debemos, como profesionales, tener claridad que la agenda sanitaria requiere un liderazgo y ese nos corresponde a funcionarios, científicos que buscamos resolver los problemas para que todos vivamos mejor..?