“Otras generaciones esperan y preguntan qué racimos de amor les maduramos”. Jorge Debravo
Hemos visto la campaña realizada en Costa Rica, y en América Latina, que corre paralelamente a países europeos, porque claramente la tendencia manifiesta es reducir en la inversión social. Y como alguna información de los medios oficiales crean confusión y preocupación sobre los derechos sociales que forman parte de los derechos inalienables de los adultos mayores, es oportuno desentrañar la estrategia seguida por el neoliberalismo, el cual asimila una camarilla de sinvergüenzas que golpean al Estado.
No importa si en estas reflexiones nos guía la intuición después de todo; también debemos ser obstinados en defender los derechos de las futuras generaciones, como dice Mario Benedetti: “Mientras tanto, reclamo mi derecho a ser subjetivo, a poner no solo la verdad sino también mi pasión en defensa de lo justo, en defensa de mi país, en defensa de mi próximo prójimo”.
En esa vía queremos denunciar a los inversionistas de la empresa privada, que podrían lucrar en mejores condiciones al respecto de las pensiones. ¿Por qué tendremos que pagar el saldo del derroche y de los beneficios de la burguesía?; acaso no tenemos la memoria clara, para recordar que nomás se da la Administración de don Luis Alberto Monge se pierden millones del Fondo de Emergencias; además, hablando de quienes desfinancian el Estado con la complacencia de periodismo oficial, hace apenas tres lustros (1999) el Estado costarricense redujo sus arcas en cerca de ₵196.568 millones con los famosos CAT, y lo grave es que en medio de esa piñata el Estado fue estafado, pues se idearon una serie de triquiñuelas para enriquecerse ilícitamente burlando los controles, como ocurre muy frecuentemente en nuestro país.
Hablemos de las asesorías que se chupan otra buena parte del presupuesto, de partidos políticos que hacen fiesta con la deuda política, de la malversación de fondos en la Trocha paralela al Río San Juan, pago a la OAS por $28.5 millones, sin que hicieran nada, y claro esto entra en la famosa política de concesiones, donde se realizan buenos negocios que erosionan el erario público, expresidentes cuestionados, cuyas transacciones endeudaron al país, debilitando las posibilidades de inversión social, etc. De esa manera el neoliberalismo se propuso, en contubernio con algunos partidos políticos, la quiebra y privatización de la Salud Pública.
Acabamos de ver cómo se trasladó a la empresa privada 36 EBAIS, mientras se cerraban 9 (que administraba la UCR) con la complacencia de las autoridades universitarias, que en realidad poca cosa realizaron para mantener un Sistema de salud que pudo ser modelo para el resto de los EBAIS, y donde además, un significativo número de empleados fue despedido y además se les violentó sus derechos laborales, lo cual entra en contradicción con el artículo 3 del Estatuto Orgánico: “El propósito de la Universidad de Costa Rica es obtener las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, mediante una política dirigida a la consecución de una verdadera justicia social, del desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo”.
Los neoliberales en su devastación del régimen de pensiones de Invalidez Vejez y Muerte, nunca actualizaron el soporte contributivo, y establecieron una política de reducción de las tasas de reemplazo, con la idea de que las pensiones se devalúen. Así las cosas, la sociedad costarricense debe organizarse y defender sus derechos; no hay tiempo que perder; mañana puede ser tarde.