Las 50 sombras de Grey

La novela 50 sombras de Grey, escrita por Erika Leonard, conocida como E.L. James, ha vendido más de 100 millones de copias alrededor

Por R. Enrique García Neim.
Estudiante de maestría en Bioética UNA-UCR
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La novela 50 sombras de Grey, escrita por Erika Leonard, conocida como E.L. James, ha vendido más de 100 millones de copias alrededor del mundo y llegó al cine. Es un relato erótico con momentos de romance y algo de pornografía, entendida esta como la descripción detallada del acto sexual. Los personajes principales son Anastasia (Ana) Steele y Christian Grey.
En la relación sexual de Anastasia y Christian parece que ella con cada orgasmo acrecienta su efusión amorosa hasta la enajenación, de la que no busca librarse, al contrario, desea seguir en amorosa sumisión. En cambio, Christian, con carácter dominante y sádico, busca alargar su placer sexual con juegos violentos hasta llegar al coito, que lo vincula solo sexualmente con Ana, es decir, no hay otro sentimiento en Christian Grey; su personalidad lo lleva siempre al proceso dominio-placer sin cambiar de nivel en su relación con Anastasia. Finalmente, el sadismo de Christian excede el umbral del dolor de Ana y la relación termina.
¿Por qué una novela erótica ha logrado vender más de 100 millones de copias en todo el mundo?
Parece que la respuesta se puede encontrar en la evolución de la sexualidad humana. En la “ética de la sexualidad” desde Aristóteles, tanto la abstinencia como el desenfreno debían considerarse como patológicos y malos, el punto medio virtuoso se llama templanza. Después, al entrar a la era cristiana, el carácter patológico de la abstinencia se puso en duda. El planteamiento religioso fue que si Dios es sabiduría perfecta y sin pasiones y el ser humano debe buscarlo, entonces el hombre sabio dejará la sexualidad y buscará la sabiduría. Esta fue la situación que dominó la “ética de la sexualidad” durante muchos siglos, hasta que llegó a pensarse que no hay ningún acto sexual que sea, por sí mismo, incompatible con la dignidad del ser humano, siempre que se realice entre personas autónomas que actúan con conocimiento, voluntad y libertad, sin atentar contra el respeto debido a los demás. Al llegar el siglo XX tenemos otro gran cambio, con la aparición de múltiples métodos anticonceptivos y el control de las enfermedades venéreas, el tema ético se divide en: “ética de la sexualidad” y “ética de la reproducción”. Esta última considera necesarios todos aquellos actos que favorezcan el buen desarrollo de la madre y su hijo desde antes de la concepción, el principio que domina es la cooperación en familia. En cambio en la “ética de la sexualidad” los valores que más se utilizan en la relación de pareja son la autonomía, la beneficencia y la no maleficencia, que en la novela 50 sombras de Grey son llevados hasta sus extremos. Tal vez por esto ha llegado a tantos lectores.

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