El teatro El Triciclo exhibe: “Las aventuras de Juan Vainas”, obra de pocas ideas y mucha discriminación elaborada por Mauricio Astorga. De entrada, el recurso del “campesino polo”, construido a partir del abuso de la gesticulación forzada y un vestuario estereotipado, se precian durante más de dos horas de burlarse del campesinado costarricense, donde las carcajadas del público (y las propias de los “actores”), manifiestan sin cesar la relación de la identidad del Yo generada partir de la negación-ridiculización del Otro-distinto-a-mí.
¿Costumbrismo quizá?, con chistes, diálogos y movimientos reciclados de la obra de Roberto Gómez Bolaños (Chespirito), este teatro “cómico” nos “regala” (a ¢ 5000), un amplio abanico de mitos y estereotipos sobre “la” cultura costarricense. Además del uso de los chistes homofóbicos, armando un guion mediante la exposición de una sexualidad híper-reprimida y superficial, la cual, no es criticada, sino reproducida.Finalmente, los actores y actrices necesitan comer en un país donde hacer teatro de calidad es complicado, porque no se vende (lamentable, y nos invita a reflexionar con criticidad). Pero el reto radica en edificar una puesta en escena con sentido que sea observada y genere nuevas sensibilidades y niveles de consciencia, a pesar de las condiciones adversas. Por supuesto, Mauricio Astorga, quien estrenará teatro en Escazú, no será el adalid de esta lucha.