Los jinetes del apocalipsis

El sistema de expoliación del ser humano y de la naturaleza, montado por el capital transnacional-financiero-especulativo en alianza con la oligarquía y sus lacayos,

El sistema de expoliación del ser humano y de la naturaleza, montado por el capital transnacional-financiero-especulativo en alianza con la oligarquía y sus lacayos, se asienta en la ganancia máxima, sin ética ni moral, en siete pilares que permiten la concentración de la riqueza producida colectivamente, para quedar en manos privadas de las grandes corporaciones, al extremo de que menos del 1% de ellas, en términos globales y nacionales, acaparan más del 40% de toda la riqueza creada colectivamente, mientras 1.500 millones de seres humanos sufren pobreza en al mundo y cada tres minutos un niño muere de hambre; en nuestro pequeño país hay 1.500.000 compatriotas en la pobreza.

Hoy, tanto se ha explotado la naturaleza para el beneficio del sistema, que sus recursos se agotan y los ecosistemas están gravemente dañados, lo que pone en peligro la vida misma sobre la Tierra. Los siete pilares del sistema, verdaderos jinetes del apocalipsis son:

1. Las finanzas del capital transnacional-financiero-especulativo, que con codicia recurre a múltiples triquiñuelas de engaño, simulación, embaucamiento, evasión fiscal y usura, para obtener las máximas ganancias sin producir un grano de arroz o un par de zapatos, sólo papeles, pero que le permiten adueñarse de la riqueza producto del trabajo ajeno.

2. La industria alimentaria manipula y hasta sustituye los productos naturales sanos, nos pone a comer cartones y plásticos “edulcorados”, con mezclas de sabores, colores, olores, consistencias y contenidos artificiales, que dañan la salud, con el mismo fin del sistema: obtener máximas ganancias privadas, corporativas, todo sin control efectivo en calidad y precio por parte del Estado, que en vez de defender al consumidor y parar el daño, lo deja pasar.

3. La industria farmacéutica, con altos precios y especulación; con frecuencia y por clara evidencia de daño a la salud y, en ocasiones por dolorosas muertes, a esta industria no le queda más que retirar del mercado sus productos. En este caso, igualmente el Estado no tiene efectivos medios de control de calidad y precios.

4. El capital comercial y su secuela de desbocado consumismo, en unión con la industria publicitaria, promueve artículos y aparatos suntuarios o superfluos, pero son elevados a la categoría adictiva de la moda, indicadores de estatus social superior.

5. El negocio del tráfico humano, como los otros, se propone la máxima ganancia, por encima del dolor humano que causa; a hombres, mujeres y niños, se les utiliza como esclavos(as) laborales y sexuales, como suministradores(as) de órganos para trasplantes.

6. El negocio de las drogas y de las armas, de los más lucrativos del mundo y sus ganancias van a las manos del complejo industrial financiero, controlado por los grandes bancos del mundo, principalmente de capital norteamericano.

7. La industria del espectáculo tiene como fin distraer de los grandes problemas sociales, políticos y económicos, enajenar, degradar y traficar con la sexualidad, el hedonismo, la sensiblería, la egolatría, degradar los verdaderos valores, atontar para el control social y político, con jugosos réditos.
La salida está en la Revolución Democrática Participativa, para alcanzar el paradigma democrático de Abraham Lincoln: “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.

 

 

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