Ahora resulta que hacer bien las cosas ya no es un problema de responsabilidad, no forma parte del deber de la acción pública; y por lo tanto, se paga, remunera, bajo el lindo nombre de bono o bonificación.
Muy posiblemente la idea se la trajeron los ejecutivos banqueros públicos, de la tours-cracia, de los bancos privados internacionales, que visitan para traerse las “buenas ideas”, financieras que permitan mejorar nuestra banca nacionalizada. Pero recórcholis, “¿cómo no habíamos pensado −se dijeron− esta buena idea de los países desarrollados (que en todo debemos imitar), para que además de recibir un salario por lo que nos contrataron, nos den un bono millonario, si logramos mejorar la finanzas de nuestros “queridos bancos”?Y por supuesto, la idea es muy sencilla, lo logran cobrando altos intereses y pagando bajos intereses a nosotros los clientes, que hacemos todo el esfuerzo por 5, 10, 15 o más años que nos sudamos la chaqueta, para tenerles las arcas llenas; y cuas, de rebote pagarles bonos millonarios, que entre más jerarquía más se les paga. Sí, pobrecitos, ¿acaso no son ellos los que más se matan, más se arriesgan, más gastan en sus fiestas, ropita de presentación, compra de chuzos nuevos y recreaciones familiares fuera del país? Las cifran asustan; o tal vez no. A Costa Rica, pareciera, nada de lo que se llama corrupción le asombra, ni tiene políticos que la defiendan una y otra vez, hasta llegar a curar el mal. No más nos llega el concurso de miss Universo, o Maikol Jordan, o la buena actuación del Sapri o la Liga, o la llegada de Arjona, o las metidas de pata del obispo, todo se diluye como el agua que corre por los caños de nuestros barrios. Y es que estamos hablando de ↕¢990.000 millones en regalías, bonos, que paga el camello-pueblo a los empleados bancarios, llevándose la mayor parte los ejecutivos. Es decir, porque entonces, no pagarle un bono a los y las maestras, los y las profesores de secundaria y los y las profesoras universitarias por CUMPLIR con su deber de enseñar y obtener buenas promociones; y a los campesinos por sus buenas cosechas y a los obreros por sus buenas producciones y a los recolectores de basura por su trabajo digno y necesario de recoger nuestra basura todos los días, incluyendo la de los bancos. Sus gerentes tienen salarios de 10 millones hasta 20 millones. Es decir, sólo un gerente que ya no está ganaba más que los cuatro rectores de las universidades públicas juntos. Esa es la política de la destrucción de la ética pública de nuestras queridas instituciones públicas, que tanto nos ha costado financiar con nuestros impuestos. Lastimosamente unas pocas pandillas políticas con pasamontañas de cuellos blancos, nos tienen manos arriba. Y luego, con una gran facilidad nos dicen “les vamos a cobrar más impuestos al camello-pueblo, para pagar los bonos (990.000 millones), la Trocha (22.000 millones), OAS (15.000 millones), y sumen y sumen…y el 20% de los pobres, desde la era Óscar Arias, estancado…