El Sur es un concepto mucho más que geográfico, es histórico, antropológico. El Sur, somos el Sur. Hugo Chávez Frías.
Se ha presentado en días pasados el documental de la cadena internacional teleSur, intitulado «Mi amigo Hugo», que fuera transmitido de manera especial con razón de la conmemoración del primer aniversario de la partida física del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.¿Qué se puede decir sobre este nuevo trabajo de Oliver Stone? Se trata de un trabajo hermoso de alrededor de 50 minutos, donde se ilustra con mucho detalle una parte importante de la vida y trabajo de Chávez, mediante el recurso de entrevistas a su gente más cercana. Algunos de los personajes que desfilan son el actual presidente venezolano Nicolás Maduro, el presidente de Petróleos de Venezuela, el exvicepresidente José Vicente Rangel, así como un nutrido grupo de sus colaboradores más cercanos.
Al finalizar el documental, emerge una convicción profunda: la renovación de los vientos políticos en América Latina sería impensable hoy en día sin la formidable presencia que significó la trayectoria política de Chávez, a quién sin lugar a dudas debemos un gran peso de la existencia de organismos multilaterales centrales en el proceso de la integración latinoamericana, como son la CELAC, MERCOSUR, o el ALBA. Chávez sabía que las bases de la independencia de nuestra región se sustentan en buena medida en este punto.
Igualmente, le debemos a Chávez la intervención decisiva para suspender el avance norteamericano sobre la región que se perfilaba a imponer las bases de un duradero dominio, mediante el nefasto instrumento de constitución de un área de libre comercio de las Américas; conocido como el ALCA, un megatratado de libre comercio para la región. En este sentido, la estatura moral, intelectual y política de Chávez es fundamental, y pese a su partida el proceso revolucionario democrático en Venezuela continúa su propio camino, al lado de sus aciertos y errores; ello, pese a los intentos de golpismo promovidos sistemáticamente desde los centros de poder, que no se detendrán en su pretensión de tomar por la fuerza a Venezuela.
Un año después de su muerte, podemos afirmar que Chávez ha trascendido su existencia física, y se ha convertido en un inmortal referente de los procesos de independencia y de liberación de los pueblos de América Latina, que deben buscar la conquista de la segunda y definitiva independencia. Chávez sabía de esto perfectamente, y por eso se preparó como ningún otro líder de nuestro tiempo: sabemos que era un lector voraz, un gran estadista, y un analista profundo de la situación de la geopolítica en el nivel regional y el mundial.
De esta forma, hablar de Chávez es hablar de un verdadero imprescindible, tal y como lo dijera Bertoldt Brecht. Su estela de influencia ya se encuentra en lo mejor de la tradición de lucha y de liberación de los pueblos de América Latina, a la altura de otros de los grandes próceres latinoamericanos: Martí, Bolívar, San Martín, Morelos, Allende, Hidalgo. Sólo la mezquindad y la hipocresía pueden robarle a Chávez su grandeza, que no estará nunca empañada, pese a todos los intentos de borrarle sus méritos, y su influencia en la renovación de las corrientes políticas de la región.
Un año después de su muerte, el mejor homenaje posible a Chávez es continuar su legado, tomando conciencia definitiva de la necesidad de un giro radical en el mundo de hoy, amenazado por grandes desafíos que no tienen respuesta en la actual estructura del sistema-mundo capitalista. Como es una constante en la historia, este viejo mundo se resiste a morir; pero las hojas de un nuevo mundo ya brotan sin cesar, y no pueden fácilmente detenerse.
