Ante la observación en Finca 4 de tractores removiendo vegetación y camiones grandes que salen cargados con tierra, se hizo la consulta a la Municipalidad de Montes de Oca para saber si exisitían los permisos respectivos, la cual respondió con el oficio DFU-OF-041-2014 del 25-9-2014 diciendo que “…no se ha tramitado ningún permiso para finca 4, porque aún no se les ha entregado un uso del suelo” y con el oficio DPU-OF-0057-2014 del 4-11-2014 donde señala que “Atendiendo a su petición de obtener copia certificada del permiso para el movimiento de tierras de la finca #4 de la Universidad de Costa Rica, y siendo solicitada mediante un oficio el día 4 de noviembre del año en curso, le hacemos un comunicado que el mismo no tiene permisos por parte de la Municipalidad de Montes de Oca”.
También, el Alcalde de Montes de Oca, Señor Fernando Trejos, mediante el oficio D. Alc. 1183-2014 hace de su conocimiento nuestras denuncias, acto mediante el cual pone en evidencia lo sucedido.
Teniendo conocimiento que desde el año 2002 la Sala Constitucional tuvo como hecho probado con base a criterios técnicos que dicha área “Es un bosque”, la misma no debería chapearse porque equivale a practicar la socola (matar los árboles pequeños) o lo que es lo mismo impedir la regeneración natural produciendo un daño ambiental. Con base a este criterio, el artículo 75 del Código Municipal que usted menciona, que señala que es obligación de los propietarios de bienes inmuebles “limpiar de vegetación de su predios a orillas de las vías públicas y recortar lo que perjudique o dificulte el paso de las personas”, no es aplicable para este caso.
Finalmente, usted hace referencia a que profesores de la Escuela de Biología de la UCR, desde “hace más de una década” (es decir desde antes de que esta propiedad fuera adquirida por la UCR) sembraron árboles “en los alrededores de la quebrada que recorre los límites de Finca 4”, que podríamos decir, se unieron a los ya existentes por más de 50 años, en el centro de la propiedad y que conforman los diversos ecosistemas actuales, enriquecidos por el corredor biológico del río Torres (al otro lado de las quebradas) que han sido por más de 45 años y siguen siendo, lugar de estudios para investigadores y estudiantes de esta Universidad.
Nos parece que la UCR tiene una gran oportunidad de conservar un pulmón para la ciudad, un espacio de vida y naturaleza para la investigación y, también, de retribuirle a la comunidad a la que ha impactado y alterado por más de 50 años, un remanso de paz y un oasis para las aves.