¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEÑOR: Practicar la justicia, amar la misericordia, y caminar humildemente con tu Dios.” (Miqueas 6,8)
Como personas que confesamos la fe cristiana, como integrantes de comunidades de Fe diversas y como teólogas y teólogos rechazamos los recientes pronunciamientos del señor Justo Orozco, por las siguientes razones:
1. El sector evangélico es plural y multifacético. El señor Orozco no puede arrogarse el derecho de
representar a las personas evangélicas con su limitada visión personal.
2. Un importante principio de la tradición evangélica es la separación entre iglesia y Estado. El señor
Orozco desconoce esa tradición y pretende disfrutar de los privilegios de un Estado confesional que ya
no debería sostenerse en América Latina, dado que las conquistas democráticas en todo el continente
tienden hacia un Estado laico.
3. La justicia y la misericordia son parte de la herencia profética que asume el cristianismo, inspiración
para las personas que se comprometen con la lucha por los derechos humanos. Las declaraciones del
señor Orozco sobre la homosexualidad se desvían de la herencia bíblica cristiana y lo deslegitiman
como representante de la Comisión de Derechos Humanos por desconocer y negar a los sujetos de
derechos.
4. La discusión democrática requiere suficientes elementos para el diálogo y una visión amplia del
significado de los derechos humanos y de los sujetos de derechos de nuestra sociedad contemporánea.
Los argumentos y posicionamientos del señor Orozco evidencian la carencia de elementos para un
diálogo democrático.
5. El cristianismo es diverso como diversas son sus formas de expresión. La actitud del señor Orozco
refleja su desprecio hacia las demás personas que confiesan la fe cristiana al imponer sus criterios
personales como si fuesen visiones cristianas universales.
6. La diversidad es también característica de nuestra sociedad. Más allá de los conflictos que algunas
personas puedan tener al respecto, estamos llamadas/os a crecer como seres humanos. Las posiciones
del señor Orozco refuerzan el rechazo a las comunidades diversas, no reconocen las luchas para la
construcción de una sociedad más humana y solidaria.
7. La Biblia, texto sagrado de cristianos y cristianas, promueve la dignificación del ser humano, pues
Confesamos que todos y todas fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. No hay una jerarquización entre las menos humanos y los más humanos. El señor Orozco considera a todas las personas que están fuera de su visión y su modelo de vida, como enfermos o anormales, diseminando
prejuicios, prácticas discriminatorias y homofóbicas. Esa posición no se puede justificar bíblicamente,
pues lesionar los derechos ajenos es deshumanizar, es privar a las personas del reconocimiento de su
humanidad. Esta posición no se puede justificar bíblicamente.
8. Las comunidades de Fe son llamadas a ser un espacio seguro para que las personas sientan el amor y
la gracia de Dios en sus búsquedas y puedan con confianza hacer sus preguntas existenciales, vivir
dignamente, realizar sus anhelos y ser felices. Ese llamado a la vida y a la felicidad lo comparten en
sus modelos diversos de familia. Los pronunciamientos del señor Orozco rompen con esos principios
fundamentales de vida y comunión.
9. La Palabra es una invitación permanente a caminar con Dios, con humildad en búsqueda de la paz
justa, sin olvidar ni menospreciar los derechos de las personas más excluidas. Señor Orozco, usted se
enorgullece de sí mismo, con soberbia presenta sus posicionamientos como única verdad. “¡Ya se te ha
declarado lo que es bueno!” (Miqueas.6.8)
10. Las personas cristianas encontramos inspiración y criterios de discernimiento en palabras de Jesús:
“El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (jo.10.10) .
Como cristianas y cristianos repudiamos los pronunciamientos homofóbicos, prejuiciosos y discriminatorios del señor Justo Orozco, porque creemos en el mensaje de esperanza del Evangelio de
Cristo, que ama con amor infinito a cada persona de nuestra especie y en cuya Palabra encontramos
lugar para sus Derechos.
Seguiremos luchando día a día para que nuestro mundo sea un mejor lugar, donde todos y
todas tengamos derecho de ser y de estar.
¡Lo que dice el Diputado, no es justo!
Firmantes:
Nancy Cardoso, Rectora, Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL).
Silvia Regina da Lima, Directora, Departamento Ecuménico de Investigaciones – DEI
Lars Bedurke, Oficial de Programas, Pan para el Mundo –Servicio Protestante para el Desarrollo.
Genilma Boehler, Directora, Escuela de Teología, Universidad Bíblica Latinoamericana.
Mario Méndez, Director Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, UNA.
Obispo José Antonio Ramos – Iglesia Episcopal
Carlos Bonilla Avendaño – Pastor Iglesia Luterana Costarricense
Pablo Richard –Investigador– DEI
Rev. Nidia Fonseca ( Iglesia Metodista Wesleyana)
Hanzel José Zuñiga Valerio (Estudiante UBL)
Julio Melara ( Iglesia Luterana)
Margarita Solano (UBL)
Sara Baltodano (Profesora UBL)
Tanya Nicola Welcome (Estudiante UBL)
Mireya Baltodano (Profesora UBL)
Sergio Talero (Iglesia Luterana)
Daniel André Gloor (Profesor UBL)
Christina Mora (Iglesia Luterana)
Violeta Rochas Areas (Profesora UBL)
Wendy Garro (Iglesia Católica)
Jeannette Soto (Estudiante UBL)
José Enrique Ramírez (Profesor UBL)