Ya iniciaron los gorjeos del nuevo celo presidencial y los violines de los zancudos sangrones coquetean con los tímpanos del pueblo.
Los enamorados esgrimen sus armas: la espada de la palabra y la miel de las promesas. Pero terminado el noviazgo presidencial el olvido acaba la magia, pues como dice Kristeva- nada anula tanto el amor como el matrimonio.
Quienes de novios presidenciales prometen ser la salvación del pueblo, de casados se conforman con ser solamente la “sal”… Y es que- según la sabiduría popular- una vez comida la torta se acaba el hambre y, después de las nupcias vienen las náuseas…
En el bando verde y blanco de los “ex”, hay tres contendores: La ex-Vicepresidenta Laura Chinchilla; cifra esperanzas en sus dos muletas: la de ser mujer y el espaldarazo recibido de su bicéfalo gobierno, al que critica después de haber lucrado en él, aduciendo que existen injusticias sociales y brechas que “hay que saltar” (como si la brecha social, cada día más ancha y profunda, no se hubiera saltado siempre).
Le sale al paso en el escenario Fernando Berrocal, ex-Ministro de Seguridad, derrocado por su propio partido, por amenazar con la bomba de los vínculos entre la FARC y los políticos costarricenses, que resultó sin mecha ni municiones ni fundamento, cosa que dejó al pobre “angelote” mal parado…
Mejor acorazado aparece el “vaquero” Johnny Araya, ex- Alcalde josefino y capataz de ordeño en la hacienda estatal por varios períodos, cuya leche agudizó su ingenio para aportar la “brillante idea” de sobornar a los alcaldes si no votaban sí en el referendo que entregó la patria a las transnacionales.
Y aullando cual lobo estepario mientras es juzgado- como para darse ánimos o influir sobre un posible fallo judicial- Calderón: ángel caído de la Unidad Social Cristiana (q.d.D.g.) pretende volver a la presidencia para recuperar sus alas rotas… Mientras, los escuálidos Libertarios: serviles rémoras del escualo gobernante, reaparecen en el fango de sus propias negligencias, con el mismo fantoche hedonista de siempre… Y en la tienda rojiamarilla hay cuatro sacrificados más: Epsy Campbell, quien mordió el anzuelo de la codicia asesorando al desgobierno de los Arias y espera que el Color de Obama sea su as vencedor… El artista Manuel Sánchez desenfunda sus pinceles y promete un gobierno multicolor…
Macaya propone enderezar la nave patria que la ola neoliberal del TLC, casi sumerge como al Titanic… Y nuevamente el enamorado presidencial Otón Solís: capitán del regimiento PAC, quien inexplicable y misteriosamente, se limitó a mirar, desde la colina de las águilas, la cruenta batalla que los caracolitos libraban contra la agenda complementaria del funesto TLC.
La señora Presidencia está a punto de concluir uno de sus partos más dolorosos y tristes. La barca de la Patria, o lo que queda de ella, después de cuatro años a la deriva en la incertidumbre, a merced de los piratas y filibusteros, que la han saqueado sin misericordia, necesita el capitán que no tuvo…
Pero ¿cómo dar con la oveja entre tanto lobo disfrazado?… Costarricenses, hoy más que nunca, la Patria demanda solidaridad y sabiduría; sólo unidos vencerán a la hidra funesta que les ahoga, la cual, de volver al poder, acabaría toda esperanza… Más que en un partido, piensen en la Patria…