Actualmente existe la intención de crear un aeropuerto internacional en la Zona Sur de Costa Rica, específicamente en Fincas 9 y Finca 10 de Palmar Sur; ya el Estudio de Impacto Ambiental está en la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena).
Aviación Civil, la entidad promotora de este proyecto, menciona de forma muy tangencial los posibles impactos socioambientales que un proyecto de tal envergadura provocaría en toda la región sur-sur; solamente menciona los principales beneficios como empleo para la construcción de la obra, atracción de turistas, mejoramiento de la calidad de vida en la Zona Sur.Sin embargo, la región sur-sur de Costa Rica, especialmente la península de Osa (que es donde se situaría este proyecto) es una de las regiones con mayor biodiversidad en el nivel mundial; esto significa que es un lugar con una alta fragilidad ambiental, y la alteración de alguno de los componentes de este delicado ecosistema afectaría enormemente toda su dinámica.
Además de los impactos ambientales que ocasionaría este megaproyecto, es necesario situar de primero los impactos sociales que generaría, partiendo que en la región sur-sur existen gran cantidad de asentamientos campesinos y territorios indígenas, ambos con prácticas de trabajo de la tierra, agricultura local, y una fuerte identidad cultural alrededor del agro, es decir son territorialidades agrarias, que en el caso de las indígenas, adquieren un valor ancestral y espiritual.
En cuanto a los impactos ambientales, este posible aeropuerto se ubicaría a menos de 500 metros al norte del Humedal Térraba-Sierpe, un humedal Ramsar de importancia mundial, pues alberga una gran cantidad de flora y fauna y, a pesar de que Aviación Civil menciona que es un humedal ya deteriorado por el cultivo de arroz, no significa que su dinámica no sea determinante para todo el desarrollo local que se da alrededor de este importante sitio.
El Aeropuerto se ubicaría a menos de un kilómetro de Finca 6 o El Parque de las Esferas, sitio arqueológico donde se encuentran las esferas de piedra del valle del Diquís y que se encuentra pendiente su aprobación como patrimonio mundial de la humanidad. El aeropuerto se situaría sobre el acuífero Puerto Cortés, un manto acuífero que es un yacimiento subterráneo de agua dulce, que ofrece a las comunidades una alternativa de consumo; es posible que con la llegada de la UFCo este acuífero haya sido impactado; sin embargo, su existencia es inminente y es preciso considerar su conservación para consumo de la comunidades.
Surgen preguntas como: ¿Es necesario un aeropuerto internacional en la zona sur? ¿Qué pasará con las familias campesinas que han habitado estas tierras por más de 14 años? ¿Qué beneficios reales traería la construcción de este proyecto en esta zona? ¿Es un aeropuerto una salida económica para la región sur-sur? ¿No es posible encontrar otras alternativas que respeten la cosmogonía de los pueblos y sus prácticas tradicionales y fomentar el trabajo del campesinado por medio del fortalecimiento en los mercados locales, el intercambio de semilla criolla o la capacitación en prácticas agroecológicas?
Como dijimos, ahora el Estudio de Impacto Ambiental de este proyecto se encuentra en la Setena, dependiendo de la calidad de los análisis y de la voluntad política, este proyecto será o no una realidad, y ya tenemos el ejemplo de Guanacaste cuando se construyó el Aeropuerto Daniel Oduber. Les invito a que se informen, que averigüen sobre esto y que se posicionen frente al tema. Actualmente la Organización de Lucha Campesina por Nuestras Tierras del Sur tiene más de tres años de estar en resistencia frente a este proyecto; por ello, es necesario que finalmente se busquen acciones de resistencia frente a este proyecto y apoyar a las comunidades campesinas y pesqueras que disputan frente a este.