El tema de la integración de las minorías a la sociedad activa es, sin duda, un punto clave en nuestra vida cotidiana, ya que no todas las personas tienen el privilegio de nacer como muchos de nosotros dentro de un hogar, donde existe una familia que nos acoge desde nuestro nacimiento, que nos brinda con cada día que pasa, lo mejor que pueden para que tengamos una vida plena y con el tiempo podamos devolverle a la humanidad un poco de lo que esta nos ha brindado.
Nuestro país, un pequeño territorio donde se tiene una vida tranquila, en el cual cada uno de sus habitantes trata de aportar a la sociedad un poco de lo que esta nos ha brindado para nuestro desarrollo e inclusión a ella; esto sucede con la gran mayoría de la población actual costarricense, pero ¿qué pasa con las personas que no tienen estos privilegios?
Como grupos pequeños de nuestra población, siempre son las personas que dejamos de lado, los indigentes que miramos con mala cara, los indígenas que despreciamos porque no los consideramos como iguales o parte de nosotros como grupo social, las madres adolescentes que muchas veces criticamos como niñas tontas que no piensan en un futuro personal.
En los últimos años, al darse cambios de importancia a nivel de orbe, como la globalización, podemos notar que las personas viven únicamente para lidiar ante el globo como en un juego de supervivencia, dentro de un mundo competitivo, en el cual dejamos de lado a las personas que tenemos a nuestro alrededor, personas que necesitan de nosotros, personas que han llegado a convertirse en seres excluidos sin haber cometido un error, en su gran mayoría; pero aunque estas hubiesen cometido un error, no tienen por qué ser alejados de la sociedad como personas no compatibles con esta.
Por otro lado, no debemos permitir que nuestros grupos indígenas sean excluidos, personas que nos representan, que mantienen las costumbres y tradiciones de nuestros ancestros, grupos que necesitan de nosotros para poder mantenerse en sus tierras, para poder adquirir los mismos derechos como seres humanos que son y miembros de nuestra sociedad. Por eso, no excluyamos a estos grupos, sino más bien incitemos a todas las personas a que luchemos por ellos para que tengan una vida igualitaria ante la sociedad costarricense.
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