Esta es una propuesta para enfrentar el fenómeno del narcotráfico, mediante un cambio de enfoque. La idea es pasar de un enfoque de guerra a uno de paz y de entendimiento.
La actividad de producción, transporte, venta y consumo de drogas se ha convertido en un fenómeno global, que penetra a casi todas las sociedades del mundo. Lo cual ha llevado a éstas a elaborar diferentes modos de enfrentar la situación.
Uno de los enfoques que predomina es el combate a las drogas con armas y represión. Esto está generando una guerra que se debe evitar, pues conduce a un callejón sin salida de violencia y muerte.
Para avanzar por una vía pacífica en la resolución de la situación, lo primero es admitir por parte de las sociedades, que la guerra no es un buen camino para seguir por la humanidad. Se debe buscar la paz y el entendimiento. Así, el primer paso en esta dirección es sacar las armas de la actividad. ¿Cómo hacer esto?
La actividad de producción, transporte, venta y consumo de drogas genera un espacio propicio para el mercado de las armas, debido a la clandestinidad en que se opera. Así es necesario, por lo tanto, crear la condición para que dicho espacio desaparezca y se avance en la vía hacia la paz y el entendimiento.
Para sacar las armas de la actividad se requiere un acuerdo mundial, promovido por la Organización de las Naciones Unidas, que legalice la producción, transporte, venta y consumo de drogas. Este paso permitirá a las sociedades trabajar en un espacio menos violento, en el proceso de búsqueda de soluciones.
El paso siguiente es permitir que el individuo y la colectividad se unan en pro del bien común. Se debe creer en el individuo apoyado en una colectividad bien organizada.
Hay que aprovechar el discernimiento y la voluntad de un individuo bien informado. Este ejercería su albedrío; mientras que a la colectividad se le dejaría el papel de proporcionarle información de calidad, para que él sepa discernir entre lo correcto y lo incorrecto, en cuanto al uso de drogas, según la proyección del ser colectivo en el individuo como parte del tejido social.
El interés de la colectividad sería transmitido por medio de todas las instituciones que forman parte del tejido social, por ejemplo: familia, iglesia, escuela, gobierno, sociedad civil organizada, ONG, etc.
En el nuevo enfoque hay que trocar las armas por las ideas. Se dejará la represión y se aportará información de calidad. Se cree en el individuo, la colectividad se apoya en éste, no lucha contra él. Se cree en que la represión genera violencia, mientras que la información de calidad da poder de discernimiento a la hora de establecer juicios de valor.
En ese proceso de búsqueda de soluciones, debido a la legalización de la actividad será posible que todos los empresarios que hoy operan fuera del margen de la ley, se conviertan en empresarios comunes y corrientes, que operan en un mercado donde rigen las fuerzas de oferta y demanda. La idea es pasar esta actividad de la economía subterránea a la economía formal.
Así, a los que la sociedad hoy tilda como ¨malos¨ se vuelven ¨buenos¨ y las leyes económicas serán las que rijan las vidas de estas empresas y empresarios.
Todos los problemas asociados a capitales ilícitos procedentes del narcotráfico desaparecen y grandes cantidades de recursos se liberan para el estado.
Sigamos este camino. Es un camino de paz, es justo, inteligente y necesario.
