Cargada de pesimismo y caos, la etapa del siglo XX en la que nace Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), lo dirige hacia un pensamiento que oscila entre la enorme tristeza engendrada por el espectáculo de su mundo carente de sentido y cargado de locura, y la intangible esperanza formada por la convicción de que “la vida cambia hacia la consciencia”.
De ahí que, tanto en la aviación como en la escritura, las hazañas de dicho autor dejan entrever “el juego heroico” que ansía llevar a cabo, un intento de rectificación constante de los valores y la moral de la sociedad en la que se ve inmerso. El mismo juego que lo convierte en una víctima de la segunda guerra mundial a bordo de un avión, aun cuando irónicamente subrayó dos años atrás en Pilote de guerre, lo ineficaz de los sacrificios exigidos.El Principito es una muestra materializada de la búsqueda humana en la vida de Saint-Exupéry. Los sentimientos del autor a través de este libro para niños, hacen de este el espejo del adulto que entre planetas ha perdido su rosa, la puesta de sol, la sencillez e insistencia de las preguntas y los dibujos.
Una fábula infantil para adultos: el adulto de ayer, de hoy, de mañana. Es un libro que nos presenta dos parámetros perfectos entre la fantasía y la filosofía, entre lo visible y lo invisible. Es un viaje de la persona donde se sale de su propio mundo cómodo y fácil, incluso rutinario, a buscar respuestas en lo desconocido, en lo que no es propio.
Es una armonía adecuada entre el destierro y el regreso, entre la felicidad y la tristeza, entre el amor, la amistad y la vida misma. Una priorización de metas, sueños y esperanzas. Una llamada de atención para los absurdos de la vida, para el éxito del hoy y el tiempo.
¿Dónde está el hombre de hoy? ¿Quién es el “yo” que un día fue niño? Recordar lo que la niñez implica es comprender en qué clase de personas nos hemos convertido, y cuál es el producto de esta historia donde cambiamos los lápices por un avión, donde nos preguntamos qué hemos encontrado después de haber buscado.
La dimensión filosófica e incluso mística de este libro nos llama a una experiencia del sentido de vida, de lo que hacemos, de lo que hemos decidido dejar atrás, del mundo de las lágrimas y los cascabeles que nos “engañan” de maravillosas sonrisas. El Principito es el niño que no renuncia a las principales cuestionantes de la vida del ser humano, no renuncia al secreto de la felicidad y por eso, sólo por eso, es El Principito.
Belén Millaray Gamboa Flores
Estudiante de Enfermería UCR
Yescarleth Rodriguez Álvarez
Estudiante de Ciencias Políticas UCR
Katherine Blanco Vargas
Estudiante de Microbiología UCR