Corea del Sur y Japón transformaron primero sus sistemas educativos, para poder así transformar los sistemas económicos de producción, generando industrias automotrices y electrónicas de calidad mundial.
En Japón, el sistema educativo fue diseñado de tal manera, que la planificación nacional de la economía se alineaba con lo que se enseñaba en las instituciones educativas. Esto generó que Japón se levantara de la devastación de la Segunda Guerra, y se convirtiera en potencia económica en el corto plazo. Por su parte, Corea del Sur diseñó un sistema educativo perfectamente coordinado con sus exportaciones de tecnología, lo que generó que los programas de estudio se recargaran hacia las ciencias e ingenierías. El método científico pasaría a ser el núcleo de los sistemas de enseñanza coreanos, pues se le daba énfasis al descubrimiento y a la investigación.Si honestamente se quiere una mejora de la calidad educativa costarricense, se deben replantear todos los productos y procesos del sistema educativo. El éxito económico requiere de cambios educativos. Por ejemplo, a mediados de los años 90, Corea del Sur logra una verdadera reforma económica, aplicando una campaña de capacitación masiva en computación e informática para toda la población, y además, catapultando a todos los estudiantes de secundaria, hacia la educación universitaria.
Las decisiones educativas del Consejo Superior de Educación, deben coincidir con las expectativas de la política económica del plan nacional de desarrollo del MIDEPLAN. Es necesario que la educación se adapte a las necesidades de una economía moderna, que sea exportadora de tecnología, superando el modelo agroexportador y todas sus características de economía de tercer mundo. El sistema educativo enfocado en las ciencias y la tecnología, en el largo plazo, genera los recursos humanos necesarios para la creación de productos innovadores y el mantenimiento constante de la economía, que ya no dependería de los movimientos del mercado en cuanto a la exportación de café, banano, azúcar y piña. Por tanto, el sistema educativo debe convertirse en un sistema que unifique todas las modalidades técnicas que se imparten en el INA y en colegios técnicos, con las modalidades académicas que se imparten en los colegios formales, de tal manera que la población tenga la oportunidad de capacitarse laboralmente, obteniendo certificados académicos en distintas grados de educación técnica, teniendo entonces un plan de estudios común.
La producción de software debe convertirse en el motor del desarrollo económico costarricense, pues sus costes son bajos y la demanda de mercado es estable. El CONARE debe asumir los gastos de implementación de sistemas virtuales de enseñanza en informática, dirigidos a toda la población, iniciando con la alfabetización computacional de las comunidades costeras e indígenas, para luego pasar a las comunidades urbano marginales. Se requiere un sistema educativo que dé énfasis a la informática, y que asuma la capacitación de las poblaciones jóvenes más pobres de Puntarenas y Limón. Las universidades públicas, a través de sus cursos de extensión, tienen la responsabilidad social de liderar éste proceso educativo.
Se deben computarizar todos los procesos de certificación de los niveles educativos aprobados por un estudiante en el sistema educativo, archivándolos en una base de datos nacional a cargo de RACSA, que registre el movimiento de un estudiante en el sistema educativo, asignatura por asignatura, nota por nota. Si fuese posible identificar las habilidades vocacionales de los estudiantes de secundaria, sería posible también ubicarlos en puestos afines. Al conocer esto, se aumentaría la eficiencia de todos los sistemas de producción nacional. Se requiere entonces de un conjunto de test psicométricos, que sustituyan las pruebas nacionales de bachillerato, que ubicarían a los estudiantes en el área vocacional más afín a sus habilidades.