El señor Roy Alfaro Vargas, filólogo, planteó recientemente (UNIVERSIDAD, 21/11/2012) algunas quejas en relación con mi libro Revolucionar el pasado, publicado en el presente año por la EUNED.
Sinceramente, lamento su insatisfacción; sin embargo, para que una experiencia de este tipo no se repita, sugiero al señor Alfaro que, antes de comprar un libro, proceda siempre de acuerdo con las siguientes instrucciones.
Primero, es conveniente que abra el libro y revise rápidamente cuántas páginas están dedicadas a la bibliografía, de manera que no se lleve sorpresas desagradables después.
Segundo, es importante que preste atención al subtítulo del libro, y se asegure de que comprende exactamente el significado de los conceptos allí empleados, con el fin de reducir el riesgo de que un título atractivo lo seduzca innecesariamente.
Tercero, es imprescindible que ojee el libro rápidamente para verificar si satisface sus expectativas, tanto en términos de contenido como de orientación ideológica.
Cuarto, dado que al señor Alfaro parece que se le dificulta diferenciar la ficción (particularmente la novela) de los estudios académicos, y los textos seculares de los religiosos, es fundamental que determine, con total precisión, en cuál de esas categorías se inscribe el libro que piensa adquirir.
Quinto, es indispensable que pondere exhaustivamente si el precio se ajusta a lo que el libro ofrece.
Únicamente después de haber cumplido con estos pasos, debería el señor Alfaro proceder a la compra del libro. Ahora bien, si en el trayecto a la caja le surgiera todavía alguna duda, recomiendo al señor Alfaro que posponga la compra, devuelva el libro al anaquel, piense el asunto durante unos días más, y luego, como un consumidor cultural responsable e informado, tome la decisión definitiva.
