Lo sucedido el lunes 12 de abril en las instalaciones de la UCR fue realmente perturbador e indignante. Digan lo que digan, «autonomía y no soberanía», lo que sea… no hay razón para que esa cantidad desproporcionada de policías ingresen al campus con una actitud prepotente, desafiante y violenta.
El gran problema: ¿por qué no lo coordinaron con la Universidad? ¿Por qué esa falta de respeto a una institución educativa? Todo por arrestar a un oficial (no armado) por una mordida de 20 mil colones.Está muy bien que no se permita la corrupción, ese no es el asunto, no era cuestión de defender al supuesto criminal, que por cierto fue liberado el día siguiente… sino que se trata de defender lo que se ha hecho durante los últimos 60 años: coordinar con la Universidad para prender a cualquier delincuente, lo que ha sido efectivo y resguarda la autonomía y la paz del campus ante la posición autoritaria y violenta de los oficiales del OIJ y de la fuerza pública.
Los agentes del OIJ no solo ingresaron a la fuerza sino que también llamaron refuerzos para así conformar un ejército disfrazado… contra «los peligrosos estudiantes» que portaban mochilas «cargadas», «afilados» cuadernos, libros y carnés “punzocortantes”… Los policías tienen derecho a defenderse dice Dall’Anese y yo me pregunto a defenderse con armas, chalecos antibalas y macanas de qué exactamente. Ya que habían entrado sin acatar el protocolo correcto: ¿Por qué no atraparon al supuesto malhechor y se retiraron simplemente, en lugar de llamar refuerzos a nuestro apreciado campus y lugar de estudio, y así evitar armar semejante espectáculo de violencia?
Y como es de esperarse, ahora hay personas que se llenan la boca diciendo que siempre “los chancletudos de la UCR armando problemas”; pero basta con ver las imágenes de ese día para percibir que era una lucha totalmente asimétrica e injusta. Los policías estaban muy dispuestos a demostrar su fuerza bruta para así poner en práctica su «poder» y en realidad, ya para este punto, parece que es lo único que saben hacer.
Y qué si hubiera sido un asesino con ametralladora en el campus dice Dall’Anese y muchos repiten ese tipo de situaciones hipotéticas. Bueno, yo pensé que nuestros policías y oficiales del OIJ eran seres humanos con sentido común y capacidad de apreciar la dimensión de las circunstancias y no máquinas o robots que no saben distinguir entre una situación y otra. Pero parece que no, seguramente hacer ese tipo de diferencias entre un caso y el otro no está incluido dentro del entrenamiento que se les brinda y eso también los hace pensar que un estudiante es algo muy similar a un criminal. Pero eso sí me provoca inseguridad y desconfianza. Se muestra una pérdida de perspectiva y una imposibilidad de ver las cosas proporcionalmente.
Ahora bien, el bloqueo realizado el martes 13 de abril por un grupo pequeño de estudiantes en las afueras de la UCR, con quemas, bombas molotov y demás demostraciones, según mi opinión, no es representativo de la comunidad estudiantil, docentes y administrativos de nuestra Universidad. Es su propia manera de manifestarse. Para mí hay mejores maneras, sobre todo si nos ubicamos desde la posición de estudiantes universitarios, con una educación crítica. Ese tipo de protestas son contraproducentes y me provocan casi tanta indignación como lo del lunes ya que la manifestación seria y la queja que otros queremos realizar pierde la credibilidad y el valor porque se nos mete a todos «dentro del mismo saco».
Es muy claro que lo acontecido el lunes es un despliegue de abuso de poder e irrespeto, pero por favor estudiantes, no respondamos a la violencia con más violencia. Seamos educados y no obedezcamos a esa etiqueta que tenemos de «arma pleitos», descontrolados, entre otras. Revolucionarios sí, cuando la causa es justa, pero no nos pongamos en un mismo nivel… Utilicemos nuestros libros como armas, por su contenido y nuestro conocimiento. Tenemos la educación necesaria para manifestar nuestro descontento de formas más pacíficas y creativas. Nosotros sí somos seres humanos y no robots y espero que podamos hacer la diferencia, tener sensibilidad y sentido común. Pensemos antes de actuar.
Para finalizar, simplemente me refiero al hecho lamentable de la deslegitimación que han hecho los medios de nuestra protesta, han minimizado por completo la violencia desmesurada por parte de los policías que ingresaron al campus, como lo demuestra la imagen de la muchacha que es tomada por el cuello abruptamente y golpeando su cabeza contra un carro. Este tipo de agresiones son propias de regímenes militares y opresores y no deben volverse a repetir en nuestro país.