Perdón, pero sigo pensando en la pobreza…hoy es un día tranquilo la luz entra por la ventana, escucho los perros ladrar, a saber qué seguirán.
Mi ciudad no es la misma, más basura, más pobreza, más población, más vendedores, más migración. Es una ciudad del tercer mundo…aunque no se trate de recordar literalmente su significado, en mi diario vivir se que es sinónimo de pobreza, no porque lo recuerde de algún profesor universitario o porque me lo digan algunos índices, es porque lo observo. Pobreza que no se va como los perros, es menos fácil que se vaya la pobreza, hay gente que la abraza, la siente parte de Sí…eso es pobreza y escribo la frase: “es pobre porque quiere”, parece un facilismo para evitar la toma de conciencia.
Hay gente que se acostumbra a la pobreza, como es parte de algunos su cena en el vertedero y no creo que les guste pero para ellos… no hay más. Hay gente que la espanta pero la pobreza no se va, ahí se queda como un pedestal. La pobreza está bajo los puentes, a la orilla del río, en los tugurios, en los trabajadores de un “call- center”, en los trabajos de una despreciable caja de un súper, que quizás muy pronto nuestros jóvenes tristemente dirán marketing, donde ponen a escoger o vas al baño o te tomas un café. Porque esta es pobreza de no tener un aguinaldo, un día libre, de no tener orden patronal, para que el patroncito no pague impuestos, esta también es pobreza, ya que es menos calidad de vida apoyada por la burocracia de unos cuantos miserables que poco les importan los pobres.
Hay pobreza de dos pies caminando todo el día para encontrar un “fierro” que fundir: una placa metálica… quizás de algún buen expresidente, un pedazo de puente, tal vez incluso, para comprar alguna droga porque seguro que eso si les espantará un rato la pobreza…lastimosamente. Ah pero el alcalde sigue colocando adornitos de reyes magos y maceteras…cuidado que también se las roba la pobreza. La pobreza la recoge un carretonero, que amontona chunches y mas chunches y creo que son mas valiosos ellos porque reciclan, que algún corbatudo que se corrompe en una de nuestras instituciones públicas desmejorándolas y haciéndolas débiles para que los malagradecidos o los conservadores tengan de que hablar y como desprestigiarlas para apurarse y aprobar el TLC. Este tratado que los desveló tanto, que se dieron a la cacería de los medios de comunicación para forzar un SI al TLC de vergüenza, hasta con correitos de algún cara de barro… he digo todo de barro, publicado solamente por medios honestos.
El presidente, los diputados magistrados y demás cortejo de los que dirigen este país se dan el lujo de decir que no hay pobreza o que no es tanta…porque no la tienen, pero no son idiotas, saben que hay. No puedo dejarles de hablar de este tema porque me levanto y la veo todos los días pero no la puedo arreglar como pedirle al niño Dios ni ninguno que quisiera podría, porque sabemos que para que eso suceda es producto de un proceso económico, social y político y debe haber voluntad de ese séquito de ilustrados o de la ilustración, ya ni se sabe. Lo que si es seguro, es que si en este pequeño país que amo, no cambian circunstancias sociales pronto, a los ilustrados les puede quedar grande el optimismo, el laicismo, la bondad y otros de la ilustración.
Señores, la pobreza de este pequeño país sigue en pie: “Si al porcentaje de hogares vulnerables (12,6%) se suma el porcentaje de hogares pobres (20,2%), el resultado es que en el 2006 un 32,9% del total de hogares del país estaba en situación de pobreza o vulnerabilidad” (Estado de la Nación). Aquí se estaría hablando de una tercera parte de nuestra población. ¡Por el gran carajo hay que hacer algo!