Sobre libertad de expresión y pluralidad de medios

El pasado 12 de febrero la organización Reporteros Sin Fronteras publicó la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2015

El pasado 12 de febrero la organización Reporteros Sin Fronteras publicó la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2015, un ranking en el que se califican 180 países del mundo. Según este ranking, que es el principal referente mundial en materia de libertad de información, los países que gozan de una mayor libertad de expresión son: Finlandia, Noruega y Dinamarca. Les siguen Holanda y Suecia, en cuarto y quinto lugar, respectivamente.

Estos países, reconocidos como democracias consolidadas, cuentan con sistemas de medios de comunicación con un alto grado de pluralismo en la prensa nacional, una alta profesionalización de quienes ejercen la comunicación, una fuerte intervención del Estado con protección a la libertad de prensa y un servicio público de radiodifusión consolidado. Esto, de acuerdo con la investigación Sistemas mediáticos comparados: tres modelos de relación entre los medios de comunicación y la política, publicada en Estados Unidos por Daniel Hallin y Paolo Mancini en el 2004.

En el Seminario Community Television and Digital Transition in Europe, realizado por la Cátedra Unesco de Comunicación en 2012 en España, Christer Hederström, miembro de la Academia de la Radio de Suecia, explicaba cómo estos países nórdicos cuentan con redes de medios comunitarios desde hace años, que permiten una diversificación de la oferta televisiva y radiofónica. En Suecia hay 25 canales comunitarios independientes. En Dinamarca, las emisiones comunitarias se iniciaron en los años 90 con una fuerte subvención estatal. En Noruega en el año 2008 se creó Frikanalen, una televisora comunitaria gestionada por 60 asociaciones no lucrativas con apoyo económico estatal.

Pieter de Wit, presidente del Foro Europeo de Medios Comunitarios, explicaba en ese seminario que en el caso de Holanda la estructura de los medios comunitarios se encuentra en los niveles nacional, regional y local, de manera que dentro de un mismo canal, las diversas asociaciones se van distribuyendo la parrilla, en un modelo de gestión compartida que incluye también medios públicos y comerciales, y que garantiza un pluralismo de medios en ese país.

Frente a estos hechos, podemos concluir que los países que gozan de la mejor salud en términos de libertad de expresión son justamente aquellos que han comprendido que la única manera de fortalecer un régimen democrático es consolidando un sistema de medios pluralista, donde convivan medios diversos: gestionados algunos por empresas, otros por organizaciones sociales y culturales, otros por comunidades, otros por instituciones públicas.

¿Y Costa Rica? Nuestro país ha adquirido múltiples compromisos internacionales en materia de libertad de expresión. Sin embargo, todos esos acuerdos expresan claramente que en un país no hay una verdadera libertad de expresión si no existe un sistema de medios de comunicación de diversa naturaleza, donde todas las voces y sectores de la sociedad puedan expresarse libremente. Y esto no será posible en Costa Rica mientras no modernicemos nuestra legislación sobre radiodifusión, porque el desorden actual en el uso y distribución de las frecuencias de radio y televisión, que tanto han denunciado diversas instancias, no permite una gestión pluralista, ordenada, justa y democrática del espectro radioeléctrico: un bien que nos pertenece a todas y todos. Necesitamos más medios y más voces en los medios, necesitamos una nueva Ley Participativa de Radio y Televisión.

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