Los fenómenos políticos, a diferencia de otros fenómenos sociales, no son espontáneos. Si bien pueden ser anónimos nunca carecen de una intención explicable. En la edición # 1578 de este semanario aparecen dos artículos que perfilan un fenómeno político en la centroamerica actual, uno destaca la ingenua actitud mayoritaria del joven centroamericano aceptar gobiernos no democrático en la región y, el otro denuncia el crecimiento de la represión policial en el país. Si se me permite creo que este fenómeno es tardío pues hace dos años lo propuse como una hipótesis a corto plazo.
Si bien la perdida real de seguridad social y la mala percepción del político tradicional constituyen la matriz inmediata del fenómeno, no puede desestimarse la presencia de algún otro factor detrás de él. La política es un reino de intenciones ocultas, como hipótesis propongo que existe la intención de aprovechar el contexto histórico-político actual para promocionar solapadamente un tipo de gobierno capaz de silenciar por la fuerza toda oposición a los intereses económicos que imperan en la democracia regional.
Justamente la publicidad entorno a las «maras» sería expresión en lo nacional de esta intención de legitimar mayor represión en la región. En el caso regional a favor de tal sutileza se encuentra un arcaísmo ideológico significativo que aún subsiste: la noción militar de mando único que se tradujo a la política. En nuestro país este arcaísmo dio lugar a la noción de disciplina que se utilizó en la educación y que padecimos con el «un..dos..tres…paso..izquier» en los desfiles escolares. Además, existe otro arcaísmo favorable: la noción de líder nacional, asociada en ese país a la imagen de Juan Mora, su origen se dio en el período de los Tinoco como traslado de lo militar a lo político. Así, en el imaginario tico se adpercibe al líder como alguien de decisiones invariables, capaz de imponer un orden único sobre el caos político y de llevar al país en una única dirección de modo certero, sin negociación, ni mediación. El líder tico es un anulador de los movimientos de presión.
Si mi hipótesis es cierta, la utilización del contexto creado por los mismos neoliberales al desmantelar la seguridad social reduciendo presupuestos, prestándose para la corrupción y descuidando hasta el nivel de lo irrecuperable lo que se había logrado, nos va a enfrentar a una situación peligrosa.
Sin duda el proyecto neoliberal dará lugar a mayores movimientos de presión, en respuesta solo podemos esperar represión, ante la cual la preocupación sobre la gobernabilidad, mal analizada como lo propuse previamente, puede precipitar lo que hoy es una sutileza en una realidad. Así la percepción juvenil favorable a un gobierno represivo seria un recurso de previsión que actores neolibrales estarían creando con plena coherencia geopolítica con el terrible genocidio contra el terrorismo que Bush ha impuesto.
Conservemos la esperanza de que la historia sea otra, pues si en el presente se cierran los espacios de dignificación, en un futuro tal cual desaparecerían totalmente.