Luego de escuchar en la UNA la conferencia «Utilización de las TIC en el desarrollo de programas de educación superior», a cargo del Rector de la Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara, vuelvo a confirmar la idea que me mueve a escribir estas letras. Me refiero a que con las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ocurre igual que con la globalización: no se puede detener; por lo que encuentro necesario referirme al respecto.
No está clara en la UCR una política de inserción de las TIC en sus procesos educativos, igual sucede en cuanto a la revisión de los paradigmas educativos vigentes inclinados a la memorización y la reproducción del «conocimiento» que se encuentra en los textos, y poco al desarrollo de estrategias de gestión de la información.
Si bien la tecnología es una herramienta, el obtenerla no garantiza un uso adecuado; así, las computadoras de última generación pueden usarse tan solo para escribir cartas, y el contar con plataformas virtuales, sistemas de videoconferencias y tecnologías sofisticadas, no constituye una respuesta integral, eficiente y organizada a las necesidades educativas de la Universidad.
Existe poca claridad en cuanto a la necesidad de incluir tales herramientas en los procesos educativos, y no existe promoción para la inclusión y la transformación del sector docente en tales procesos, cuando este sector resulta fundamental para enfrentar una revolución paradigmática basada en la actual e ingente disposición de la información como base para la gestión del conocimiento. Este paradigma exige crear nuevas estrategias de acceso a la información, nuevos roles al docente y mayor participación al estudiante.
En el 2000, el Dr. Macaya, entonces Rector, en una nota en la que convocaba la formación de una Comisión de Trabajo ad hoc, decía que «… en el proceso educativo, es muy importante la innovación y como las nuevas tecnologías pueden ayudar a crear y desarrollar un nuevo ambiente de aprendizaje», establecía entre las tareas de la Comisión la de «… incluir una estrategia para la utilización y aplicación de esas nuevas tecnologías en el sistema educativo…». La Comisión concluyó con la definición del sistema de videoconferencias.
Hoy resulta indispensable, concertar un equipo de trabajo que integre una variedad de intereses y criterios técnicos y primordialmente pedagógicos para, desde esta perspectiva, proponer la utilización de las TIC en el sector docente; este Equipo deberá definir el rumbo y los mecanismos para iniciar tan necesario itinerario. Luego se podrán establecer las características de las herramientas necesarias para el logro de metas y objetivos. Las experiencias de otras instituciones y la evolución del software libre marcan ya una senda probada.
Implementar un proceso como este requiere involucrar a quienes va dirigido y en este caso, los docentes deben ser los primeros partícipes de esta tarea.
En la Facultad de Medicina se desarrolla un proyecto basado en un equipo de trabajo interdisciplinario de sus cinco escuelas, dirigido al mejoramiento docente que plantea hacer uso de las TIC y que, como otras dependencias, puede ofrecer algún punto de apoyo a un «equipo de trabajo» como el señalado.
Invito a los interesados a manifestarse sobre un tema que a todos compete y que el futuro nos reclama.
